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CONSENSO DE VALVULOPATÍAS 81<br />
válvula de primera generación, muy utilizada en la<br />
década de los setenta y cuyo principal problema era<br />
su limitada durabilidad, cedió su lugar a la Hancock<br />
II (HII), válvula de segunda generación, introducida<br />
en 1982, con una durabilidad que supera los 20 años.<br />
Esta resultó del perfeccionamiento y modificaciones<br />
en el diseño de su soporte, las características de las<br />
valvas y el tipo de implantación. La HST es intraanular,<br />
mientras que la HII es supraanular, lo cual le confiere<br />
ventajas hemodinámicas en anillos pequeños. A su vez,<br />
la HII es sometida a un proceso de fijación en dos fases<br />
(inicialmente a baja presión, seguido de alta presión), y<br />
por último recibe un tratamiento con dodecilsulfato de<br />
sodio, que retardaría el proceso de calcificación tisular,<br />
crucial en el daño estructural progresivo que sufren<br />
estas prótesis. Valfre y colaboradores recientemente<br />
comunicaron su experiencia con estas dos prótesis,<br />
con un seguimiento a 15 años. Sin bien la mortalidad<br />
no fue diferente, la HII mostró claros beneficios en<br />
términos de durabilidad. En los pacientes mayores<br />
de 65 años el riesgo de daño estructural de la prótesis<br />
a los 15 años fue del 6% para la HII versus el 17,5%<br />
para la HST. (24) Con el mismo objetivo de mejorar el<br />
perfil hemodinámico y la durabilidad de estas prótesis<br />
valvulares es que se desarrolla una válvula de tercera<br />
generación basada en el modelo Hancock, la prótesis<br />
Medtronic Mosaic, introducida en 1994. Esta tiene un<br />
orificio modificado, se fija con glutaraldehído a baja<br />
presión y recibe un tratamiento anticalcificante con<br />
ácido aminooleico. Riess y colaboradores publicaron los<br />
resultados del seguimiento, promedio a 6 años (máximo<br />
10 años), de 255 pacientes sometidos a reemplazo<br />
valvular aórtico con este modelo de prótesis. La mortalidad<br />
operatoria y alejada fue excelente. La ausencia de<br />
daño estructural fue del 87%, de trombosis valvular del<br />
98% y de cualquier evento tromboembólico, del 86,6%.<br />
Estos resultados demuestran su seguridad clínica, pero<br />
es necesario un período de seguimiento mayor para<br />
determinar si confiere reales beneficios desde el punto<br />
de vista de su durabilidad. (25)<br />
Similar evolución se ha observado con los modelos<br />
de St Jude Medical. Myken y colaboradores dieron a<br />
conocer los resultados con el modelo Biocor, prótesis<br />
porcina de tercera generación. La ausencia de reoperación<br />
por daño estructural a los 17 años fue del 74%, con<br />
claras diferencias según el grupo etario considerado:<br />
mientras que en los menores de 50 años fue del 43%,<br />
en los mayores de 70 años fue del 97%. (26) Igual comentario<br />
que el hecho sobre el modelo Mosaic de Medtronic<br />
merece el modelo EPIC de St Jude (también con<br />
tratamiento anticalcificante) respecto de la necesidad<br />
de un seguimiento mayor para evaluar su durabilidad.<br />
La prótesis Carpentier Edwards posee un modelo<br />
porcino con inserción supraanular y seguimiento a 15<br />
años. Sin embargo, el modelo más utilizado es el de<br />
pericardio bovino de inserción intraanular, del cual<br />
se conocen sus resultados a 20 años. La probabilidad<br />
de no presentar daño estructural a 15 y 20 años de<br />
seguimiento es del 60% y 40%, respectivamente, si se<br />
encuentra en posición aórtica. Los pacientes jóvenes<br />
(21-40 años) poseen una incidencia mayor de daño<br />
estructural, y de reoperación, y a los 15 años casi todo<br />
este subgrupo etario presentó daño estructural de la<br />
válvula con requerimiento de una reoperación. Los<br />
pacientes mayores de 65 años tienen una incidencia<br />
menor de daño y necesidad de nueva cirugía. (27) En<br />
la actualidad existe un nuevo modelo, Trifecta de St<br />
Jude, de pericardio bovino que presentaría mejor perfil<br />
hemodinámico. Sin embargo, hay solo un estudio clínico<br />
aleatorizado disponible que valide su utilización. (28)<br />
Prótesis biológicas sin soporte rígido (stentless)<br />
Siempre con el objetivo de mejorar el perfil hemodinámico,<br />
e incrementar la durabilidad de las prótesis biológicas,<br />
es que se desarrollaron las prótesis sin soporte<br />
rígido. Son conocidas como prótesis stentless. El no<br />
contar con anillo o soporte rígido les conferiría ciertas<br />
ventajas, o beneficios potenciales, desde el punto de vista<br />
hemodinámico. Primero, permitiría lograr orificios<br />
valvulares efectivos mayores, con una regresión mayor<br />
de la hipertrofia ventricular y así atenuar su conocido<br />
impacto en términos de morbilidad cardiovascular. Segundo,<br />
disminuiría la incidencia de mismatch o desproporción<br />
prótesis-paciente, de particular importancia en<br />
pacientes con anillo aórtico pequeño y en aquellos con<br />
disfunción sistólica del ventrículo izquierdo. Tercero,<br />
al generar flujos menos turbulentos y menor estrés<br />
mecánico sobre las valvas, se incrementaría su durabilidad.<br />
A pesar de lo mencionado, debemos resaltar que<br />
su implante es técnicamente más laborioso.<br />
Su utilización se encuentra restringida a la posición<br />
aórtica. La mayoría es de porcino y recientemente se han<br />
incorporado, como para las válvulas con stent, aquellas<br />
de pericardio bovino. Las más conocidas son la Toronto,<br />
manufacturada por St Jude, la O’Brien-Cryolife, la Freedom-Solo<br />
de Sorin y la prótesis nacional U.S.L. Existen<br />
dos modelos de válvulas stentless que incluyen la raíz<br />
de aorta; la más estudiada es la Freestyle de Medtronic.<br />
Existen tres técnicas quirúrgicas para el implante<br />
de estas prótesis: el implante subcoronario, el reemplazo<br />
de la raíz y la técnica de inclusión. El implante<br />
subcoronario ha caído en desuso por las dificultades<br />
técnicas. La técnica de reemplazo de la raíz o full root,<br />
en cambio, tiene la ventaja de que puede utilizarse en<br />
presencia de anillos pequeños y cuando existe patología<br />
concomitante de la raíz aórtica, como aneurisma,<br />
disección o absceso.<br />
Si bien presentan un excelente perfil hemodinámico,<br />
las ventajas observadas respecto de las válvulas<br />
con stent se han estrechado. Esto se debe a los avances<br />
logrados en el diseño de estas últimas. De hecho,<br />
cuando se compara el perfil hemodinámico de las válvulas<br />
stentless con las prótesis con stent, se observan<br />
beneficios solo al considerar las válvulas con stent<br />
porcinas de segunda o tercera generación. Esta ventaja<br />
hemodinámica se pierde al compararlas con las prótesis<br />
biológicas de pericardio bovino, según lo referido en la<br />
mayor parte de las series. (29)