Revista-USAC-No.-32
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MI DAVID BOWIE<br />
(EN TRES ACERCAMIENTOS)<br />
Pablo Bromo<br />
Strange fascination, fascinatingme.Changes are<br />
taking the pace I’m going through.<br />
Todos tenemos un David Bowie que idolatramos<br />
y celebramos a nuestra manera. Un<br />
David Bowie que nos inunda el corazón de<br />
ternura y paraliza nuestros sentidos con maquillaje,<br />
lentejuelas y euforia.<br />
Tu Bowie no tiene nada que ver con el<br />
mío, o tal vez sí, pero en una dimensión<br />
everettiana que estruja toda la música hasta<br />
desaparecerla y atomizarla en diminutas<br />
partículas que contienen todo el funk, rock,<br />
pop, soul y glam de la historia. <strong>No</strong> es fácil<br />
asimilarlo de un solo cuentazo, pero poco a<br />
poco se digiere como ayahuasca exquisita y<br />
el panorama completo va cediendo.<br />
Digamos que tu Bowie puede ser la<br />
ecuación perfecta del algoritmo musical<br />
que Bach (o Bartók) tenían trabado en la<br />
modorra intelectual que los agitaba y matematicalizaba<br />
todo el tiempo. En mi caso<br />
particular, mi Bowie tiene mucho que ver<br />
con omnipresencia y vacuidad infinita. Una<br />
especie de estalacmita que se erige desde el<br />
epicentro de la tristeza y explota los universos<br />
más desolados con una cuasi felicidad<br />
incierta («Far above the Moon, Planet Earth<br />
is blue and there’s nothing I can do…»,<br />
Bowie dixit).<br />
Por otro lado, puedo imaginar que tu<br />
Bowie y el mío están conectados. <strong>No</strong> lo<br />
dudo. Seguramente tu Bowie personal es un<br />
“Personal Jesus” que todo lo puede hasta en<br />
los tiempos más difíciles, donde sacar agua<br />
del pozo creativo es una mera tarea lógica<br />
que por necedad hacemos sensible. Pero a<br />
ver, vamos por partes. Mi Bowie tiene tres<br />
episodios cruciales que extrapolan situaciones<br />
y circunstancias disímiles totalmente<br />
encantadoras. Desde que me infectó con su<br />
genio (al igual que el Capitán Beto: Luis Alberto<br />
Spinetta) una hiedra sonora me sigue<br />
inyectando poesía, ternura y asombro.<br />
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