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Revista-USAC-No.-32

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Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />

comunicación para convencer a la población,<br />

siempre apática ante temas de política,<br />

a votar por el <strong>No</strong> en la consulta popular de<br />

mayo de 1999.<br />

Otro hecho sangriento evidenció la inconveniencia<br />

de los acuerdos de paz para sectores<br />

ocultos a los que no les convenía que<br />

la verdad saliera a la luz: el asesinato del<br />

obispo Juan Gerardi, quien dos días antes<br />

de su deceso había presentado el informe<br />

“Proyecto Interdiocesano de Recuperación<br />

de la Memoria Histórica-Guatemala Nunca<br />

más”, donde detallaba los horrores de la<br />

guerra y las masacres, cometidas casi en su<br />

totalidad por el ejército de Guatemala. A pesar<br />

de eso, el 31 de julio de 1998 se logró<br />

instalar la Comisión para el Esclarecimiento<br />

Histórico con el fin de dar a conocer con imparcialidad<br />

la verdad de los hechos ocurridos<br />

durante el conflicto armado.<br />

Este escenario era necesario para que<br />

el gobierno llevara a cabo su plan: la<br />

privatización de los servicios públicos. Uno<br />

de los casos más dramáticos es el de Ferrocarriles<br />

de Guatemala –FEGUA–, que fue<br />

concesionada en junio de 1997 a la empresa<br />

norteamericana Railroad Development<br />

Corporation –RDC–. El contrato, además<br />

de inconstitucional, presentaba una serie<br />

de anomalías, por lo que diez años después,<br />

el presidente Berger declaró lesivo para<br />

los intereses de la nación. Como reacción,<br />

la empresa norteamericana inició una demanda<br />

contra el Estado de Guatemala por<br />

incumplimiento de contrato y expropiación<br />

indebida.<br />

Especial atención merece el caso de la<br />

privatización de la Empresa Guatemalteca<br />

de Comunicaciones –GUATEL– que fue<br />

subastada y vendida a las empresas Luca,<br />

S.A. y Telemex bajo procedimientos dudosos<br />

que despertaron denuncias por parte de<br />

diversos sectores, pero que al final, fueron<br />

desestimadas por la Corte de Constitucionalidad<br />

bajo el pretexto de que no existían<br />

bases jurídicas para dar seguimiento a acciones<br />

penales en contra de la actual Telgua,<br />

S.A.<br />

La energía eléctrica fue otro de los servicios<br />

que fueron privatizados. Desde 1996<br />

se había creado la Ley General de Electricidad,<br />

con el fin de desmonopolizar el servicio<br />

de la energía eléctrica, que había estado<br />

a cargo del Instituto Nacional de Electrificación<br />

–INDE–. En diciembre se hizo la venta<br />

oficial de sus acciones y su adjudicación a<br />

Unión Fenosa Desarrollo y Acción Exterior,<br />

S.A. En 1998 comenzó la capitalización activa<br />

de la Empresa Eléctrica de Guatemala<br />

–EEGSA–, que fue vendida a un consorcio<br />

español, portugués y norteamericano.<br />

A partir del gobierno de Arzú, el proceso<br />

electoral quedó convertido en un juego<br />

de ping-pong, en el que el poder parecía<br />

turnarse a uno y otro lado de un péndulo,<br />

en cuyos extremos se encontraban partidos<br />

con ideologías contrarias. Este fenómeno,<br />

que se ha mantenido durante los primeros<br />

quince años del nuevo siglo, solo demuestra<br />

cómo el proceso electoral fue degradado a<br />

la ley de demanda y oferta establecida por<br />

el mercado, y denota la ignorancia de la mayoría<br />

de la población, que otorgaba su voto<br />

a una campaña publicitaria más que a un<br />

plan de gobierno. El nuevo siglo inició con<br />

la elección de Alfonso Portillo Cabrera, asesino<br />

impune al que se le dio la absolución de<br />

sus delitos en México, y Juan Francisco Reyes<br />

López, quienes con un discurso populista<br />

lograron convencer a la desencantada<br />

población guatemalteca. Los nuevos gobernantes<br />

representaban al Frente Republicano<br />

Guatemalteco –FRG–, guiado desde atrás<br />

por el genocida Efraín Ríos Montt, a quien<br />

se le había prohibido participar en las elecciones.<br />

Aunque Ríos Montt fue responsable<br />

de muchas masacres y asesinatos durante el<br />

conflicto armado, tenía una gran cantidad de<br />

adeptos que lo idealizaban para resolver los<br />

problemas de seguridad.<br />

De acuerdo con José Antonio Móbil, el<br />

gobierno del FRG se caracterizó por tres<br />

líneas diferentes: la primera, liderada por<br />

el presidente aliado con algunos militares,<br />

quienes cometieron crímenes de peculados<br />

y delitos contra la integridad de los derechos<br />

humanos, entre ellos, muchas ejecuciones<br />

extrajudiciales; la segunda, encabezada<br />

por el vicepresidente, que se enfrentó<br />

abiertamente ante el sector empresarial; y la<br />

tercera, al mando de Ríos Montt, que hizo<br />

lo posible por estancar los procesos legales<br />

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