Revista-USAC-No.-32
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FANTASMAS<br />
CON CHAQUETAS<br />
DE CUERO<br />
Black Rebel<br />
Motorcycle Club<br />
Álvaro Sánchez<br />
Cuando pienso en bandas que tienen<br />
la cualidad de abarcar un rango de emociones<br />
con su música, pienso en muy<br />
pocas. <strong>No</strong> todas tienen esa capacidad<br />
de asombrar con cada disco que sacan.<br />
La mayoría resulta en compilaciones de<br />
música de relleno que solo sirve para<br />
ambientar con ruido y pocas cosas buenas<br />
o ninguna sale de ello.<br />
<strong>No</strong> recuerdo muy bien como me<br />
crucé con Black Rebel Motorcycle Club<br />
una banda originaria de Riverside, California<br />
USA, liderada por Peter Hayes<br />
y Robert Levon Been. Si algo me enganchó<br />
de esta banda desde la primera<br />
canción que escuché, fue el toque de<br />
blues áspero que tiene, uno que mezclado<br />
con la neo-psicodelia, y los sonidos<br />
saturados de las guitarras del shoegaze,<br />
logran una armonía que a primera oída<br />
hace que nuestra cabeza empiece a moverse<br />
sola. Algo así como si mezcláramos<br />
a los Rolling Stones con Howlin’<br />
Wolf. Un combo hermoso. Pertenece<br />
BRMC a una camada de bandas que surgieron<br />
a finales de los 90’s fuertemente<br />
influenciadas por personajes como<br />
Rocky Erikson, bandas de rock clásico<br />
como Led Zeppelin, o grupos más experimentales<br />
tales como Sonic Youth, The<br />
Brian Jonestown Massacre y The Jesus<br />
And Mary Chain; estos dos últimos a<br />
mi parecer es con quienes más cercano<br />
siento su sonido. Tan así que Peter<br />
Hayes perteneció por breve tiempo a los<br />
Jonestown Massacre antes de formar el<br />
grupo.<br />
Dejando las influencias de la banda<br />
por un lado, creo que lo que admiro<br />
de BRMC es su capacidad de llevarnos<br />
a rincones oscuros con líricas con mucha<br />
reflexión de corte existencial, son<br />
como para escucharlas en una noche fría<br />
en medio de un paisaje abierto como si<br />
fuera una escena de un filme de Wim<br />
Wenders.<br />
En un poco más de una década<br />
BRMC ha logrado madurar su sonido<br />
desde los primeros albums con el<br />
homónimo B.R.M.C., Take Them On<br />
Your Own que a mi criterio son como<br />
una especie de introducción a una época<br />
en donde la banda descargaba su furia<br />
rocanrolera en canciones como “Spread<br />
Your Love” y “What Ever Happend to<br />
My Rock ‘n’ Roll”. Riffs bluseros y una<br />
armónica que rinde tributo a todos esos<br />
músicos del Delta.<br />
El sonido siguió evolucionando –cosa<br />
que yo celebro en una banda– en albums<br />
como Baby 81, Beat the Devil’s Tattoo<br />
hasta su última entrega Spectre At The<br />
Feast. Disco que saliera al mercado en<br />
2013, la banda logró un crossover de<br />
banda más underground a las grandes<br />
arenas y con la inserción de Leah Shapiro<br />
en la batería reemplazando a Nick<br />
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