Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica fuertemente a los candidatos de las elecciones que se avecinaban, siendo la principal causa de la pérdida de credibilidad del candidato Manuel Baldizón, quien se auguraba como futuro gobernante. Sin embargo, una vez caídos los gobernantes, las olas se calmaron. Las manifestaciones no tuvieron la suficiente fuerza para llevar a cabo una reforma en la Ley Electoral y tampoco para llegar a las empresas privadas, aliadas al CACIF, que habían participado en los negocios fraudulentos. Como gobierno de transición quedó a la cabeza el político de ultraderecha Alejandro Maldonado Aguirre, cuya injerencia política data desde los años de la Revolución de 1944 y que en múltiples ocasiones había participado como candidato a la presidencia. Su único legado fue dejar establecido un salario mínimo diferenciado, ante lo cual reaccionaron distintos grupos. En las últimas elecciones salió victorioso el partido nacionalista Frente de Convergencia Nacional –FCN-Nación−, liderado por el comediante Jimmy Morales y el ex rector de la Universidad de San Carlos, Jafeth Cabrera, en la presidencia y vicepresidencia, respectivamente. Sin embargo, este partido es apoyado por militares ultraconservadores recalcitrantes, hecho que ha creado pesimismo ante la poca población informada. Como ya lo había hecho el gobierno de Otto Pérez, los militares utilizaron la figura de este comediante conocido por su programa en televisión, quien además nunca antes había incursionado en política. La estrategia de utilizar figuras de la farándula para atraer la atención no solo había sido empleada ya por el gobierno anterior, quienes designaron como Ministro de Cultura y Deportes a un popular exfutbolista que muy pronto evidenció su ignorancia en temas políticos, sino ha sido copiada de naciones vecinas, como México, que tiene como Primera Dama a una actriz de la empresa Televisa, que, dicho sea de paso, es una empresa con arraigados intereses políticos. Lo cierto es que la nueva presidencia, en el poco tiempo de gobernar, ha dado mucho de qué hablar, no solo por la ignorancia atribuida a su líder, sino por su posición moralista que, incluso, se presenta como una amenaza al Estado laico. Al final de este recorrido de treinta años de supuesta “apertura democrática” solo queda reconocer que la tal “apertura” es tan solo una estratagema utilizada por los mismos grupos de poder que, al final de cuentas, han manipulado la opinión pública a favor de sus propios intereses y desde atrás han jugado con todos los recursos sucios de que disponen para seguir ejerciendo su santa voluntad. <strong>No</strong> querer tratar de cara los problemas coyunturales de la nación hace latente la amenaza de otro conflicto armado de mayores magnitudes, porque la medicina ofrecida en la firma de los acuerdos de paz apenas fueron paleativos que han ignorado el problema de fondo. Mientras los problemas de desigualdad y la tenencia de la tierra no lleguen a solucionarse, la miseria y la ignorancia estarán a la orden del día y constituirán una amenaza para la aparente estabilidad alcanzada. Lamentablemente, el panorama futuro de la política en el país no es nada alentador y, al parecer, seguiremos condenados por mucho tiempo más a este juego sucio que propicia la corrupción y que nos mantiene como una de las naciones más atrasadas del planeta. 70
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