Revista-USAC-No.-32
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Leo de Soulas: Treinta años de una democracia quimérica<br />
por dirigentes del sector empresarial para<br />
velar por los intereses de ese mismo grupo.<br />
Arzú manejó el discurso de modernización<br />
del Estado y de promover el desarrollo<br />
de la nación, pero en realidad el progreso,<br />
como era de esperarse, solo llegó para la<br />
economía empresarial, que comenzó a experimentar<br />
un repunte en sus actividades,<br />
mientras las desigualdades se hacían mayores.<br />
De hecho, son innegables los avances<br />
de este gobierno en materia económica. <strong>No</strong><br />
obstante, este desarrollo nunca redundó en<br />
beneficio de la población.<br />
Para llevar a cabo su ambicioso plan de<br />
gobierno, Arzú tenía que crear las condiciones<br />
necesarias, por lo que el aceleramiento<br />
de las negociaciones por la paz se convirtió<br />
en una de sus prioridades, lo que explica por<br />
qué antes de que terminara el primer año de<br />
su gobierno la firma de la paz se cristalizó.<br />
El 29 de diciembre de 1996 se llevó a<br />
cabo este espectáculo diplomático, montado<br />
por un pequeño grupo de políticos que<br />
tranzaron con los líderes guerrilleros para<br />
quedar bien ante la mirada internacional. Ni<br />
los sectores conservadores ni la guerrilla estaban<br />
completamente convencidos. Los primeros,<br />
porque no aceptaban la legitimidad<br />
de negociar con la URNG; y los segundos,<br />
porque acusaban a sus líderes de comprometer<br />
los principios revolucionarios. Los<br />
acuerdos de paz implicaban compromisos<br />
a corto y mediano plazo que, hasta el día<br />
de hoy, no se han cumplido. Además, incluían<br />
reformas constitucionales inmediatas<br />
que no eran convenientes para los sectores<br />
conservadores y poderosos, puesto que implicaban<br />
el reconocimiento de los hechos<br />
acontecidos durante esa etapa, el examen<br />
de los problemas estructurales de la sociedad<br />
y la disposición a realizar reformas que<br />
propiciaran el desarrollo de las clases menos<br />
privilegiadas. <strong>No</strong> tardó en desmontarse<br />
la parodia desde el inicio del proceso de<br />
reforma. Aunque se admitieron propuestas<br />
de muchos sectores populares, el Congreso<br />
organizó, en 1998, una Comisión Multipartidaria<br />
en la que se revisaron y aprobaron,<br />
casi de manera secreta, todas las iniciativas<br />
de ley, para luego someterla a una consulta<br />
popular. Estas propuestas, que apuntaron a<br />
desbaratar el sistema que había imperado<br />
desde la época colonial, despertaron temores<br />
entre los terratenientes, las iglesias católicas<br />
y evangélicas, organizaciones como la<br />
Liga Pro-Patria, el Centro de Defensa de la<br />
Constitución –CEDECON– y la Asociación<br />
de Dignatarios de la Nación, entre otros, que<br />
pusieron a su disposición todos los medios<br />
que estaban a su alcance, incluyendo los de<br />
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