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ATENCION PLENA. EL PODER DE LA CONCENTRACION

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124 ATENCIÓN <strong>PLENA</strong><br />

el transcurso de lo que Bradbury denomina un «estudio sin pa<br />

rangón», se entregó a los cónyuges una larga Jista de actividades<br />

y acontecimientos y se les pidió que señalaran los que hubieran<br />

tenido lugar a lo largo de una semana: veladas románticas, actos<br />

amorosos, problemas con los hijos.,., la maratón matrimonial<br />

al completo. Cuando se analizaron los datos, se constató que<br />

el porcentaje de coincidencias entre las respuestas de marido y<br />

esposa sólo podía atribuirse a la mera casualidad. «No se trata<br />

sólo de que nuestros sentimientos y experiencias sean distintos<br />

—dice Bradbury—. El mundo al que atiende mi mujer difiere<br />

mucho del mío. Tiene que esforzarse en compartir su universo<br />

conmigo, porque yo no tengo acceso a él, Por eso es tan im por<br />

tante la comunicación.»<br />

Cierto estudio sobre el trabajo doméstico llevado a cabo<br />

por el proyecto de UC<strong>LA</strong> revela la importancia de compartir<br />

un mismo foco de atención y de comunicarse al respecto. Las<br />

grabaciones donde se ve cómo los cónyuges reparten las tareas<br />

domésticas muestran dos formas principales de abordar la si<br />

tuación. Las parejas del primer grupo examinaban juntas la lista<br />

de ocupaciones diarias, planeaban cómo llevarlas a cabo —él<br />

lava los platos, ella cocina, o viceversa— y a grandes rasgos se<br />

atenían al programa sin interferir en las tareas del otro. Las pa<br />

rejas del segundo grupo tenían dificultades hasta con los tra<br />

bajos más habituales, como sacar la basura o hacer la colada.<br />

Consideraban cada ocasión como un hecho aislado, por lo que<br />

siempre estaban negociando quién era responsable de qué. Si<br />

Joey tenía clase de piano los miércoles, un recado sencillo que<br />

se podría haber planificado de forma anua] se convertía en un<br />

altercado semanal que consumía las reservas finitas de atención<br />

y buen humor de ambos miembros. En una relación sana, dice<br />

Bradbury, «decides de antemano una serie de cosas para no te<br />

ner que estar pendiente ni seguir hablando de ellas».

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