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ATENCION PLENA. EL PODER DE LA CONCENTRACION

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De fuera adentro: lo que ves es lo que tienes 67<br />

sos para sesgar la competencia por ese tipo de atención en una<br />

dirección que nos haga soportable ia desagradable realidad. Rozin<br />

concluye su argumentación con una idea sorprendente: «El<br />

asco es la emoción básica de cualquier civilización».<br />

En un mundo mugriento como el nuestro, al reparar sólo en<br />

la suciedad más evidente reducimos la cantidad de factores que<br />

debemos evitar y por los que preocuparnos. También reafirma<br />

mos nuestra condición de seres humanos, pese a que, inevita<br />

blemente, compartimos con otros animales las cosas que más<br />

nos incomodan, incluidos nuestro cuerpo, los desechos y, por<br />

encima de todo, la muerte. A diferencia de las bestias, el olor<br />

a podredumbre nos parece repugnante; algo que, según Rozin,<br />

«contribuye a mantener nuestra ilusión de ser inmunes a la<br />

muerte, que consideramos “un problema animal”».<br />

Para ayudarnos a afrontar el miedo a la contaminación, la<br />

sociedad define ciertos lugares, como salas y oficinas, como<br />

«limpios» y asigna a otros, como lavabos o cocinas, caracterís<br />

ticas ofensivas. Cuando hay problemas, eso sí, la ubicuidad de<br />

la mugre recaptura nuestra atención. Por poner un ejemplo,<br />

Rozin dice que aceptamos, pues no nos queda más remedio, ha<br />

cer nuestras necesidades en un baño público. Sin embargo, si<br />

vemos que alguien no tira de la cadena o no se lava las manos,<br />

reparamos de inmediato en la inevitable polución y tal vez evi<br />

temos tocar la manilla de la puerta al salir.<br />

Desde una perspectiva freudiana, incluso en el lavabo de casa,<br />

supuestamente limpio, tendemos a buscar un estímulo volunta<br />

rio —otra vez el práctico material de lectura— para no pensar<br />

en lo que realmente estamos haciendo allí. Sin embargo, como<br />

señala Rozin, «no podemos evitar cierta ambigüedad, porque lo<br />

que hacemos en el baño nos desagrada tanto como nos fascina».<br />

Cuando queremos entretenernos, a veces decidimos centrarnos<br />

en el material ofensivo desde una distancia segura, como de

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