Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
CAPÍTULO 6
Una agonIa muy
extraNa
Cuando llegamos al salón y nos sentamos a tomar nuestro
café y chocolate, y a pesar de que no tomó nada,
Carmilla parecía estar de nuevo en su estado normal.
Madame Perrodon y mademoiselle De Lafontaine
nos acompañaron y estábamos jugando naipes cuando entró
papá para tomar lo que llamaba su «plato de té».
Cuando terminamos el partido, él se sentó en el sofá al
lado de Carmilla y le preguntó, en tono levemente ansioso, si
había tenido noticias de su madre desde que llegó a nuestra
casa.
—No lo puedo saber –respondió, ambiguamente–. Pero
he pensado que les voy a abandonar. No quiero abusar de
su hospitalidad. Ya han sido demasiado amables conmigo.
Les he causado una infinidad de problemas, ya lo sé. Quiero
tomar un coche mañana e ir en busca de mi madre. Yo sé
dónde la puedo encontrar en últimas, aunque no me atrevo
a decir dónde es.
—¡Ni soñarlo! –exclamó papá, para mi gran alivio–. No
podemos perderte así no más. No te doy permiso para partir,
a no ser bajo la custodia de tu madre, que en su bondad tuvo
la cortesía de dejarte aquí con nosotros hasta que ella misma