Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
CAPÍTULO 8
—Pero, papá –intervine–, ¿cómo explicas el hecho de
que, cuando ella despertó, se encontró en el guardarropa,
donde la habíamos buscado con esmero?
—Ella volvió allá después de la requisa de ustedes. Estaba
aún dormida, y finalmente se despertó espontáneamente,
y fue tan sorprendida como cualquiera al encontrarse allí.
Ojalá todos los misterios tuvieran una explicación tan sencilla
y fácil como el tuyo.
Mi padre rió.
—Debemos felicitarnos –continuó–, porque queda claro
que la explicación más natural del episodio no tiene que ver
con drogas, ni con cerraduras forzadas, ni con ladrones o
brujas o asesinos. De hecho no hay nada que deba alarmar
a Carmilla, ni a nadie. Gracias a Dios, estamos todos sanos
y salvos.
Carmilla parecía estar encantada. Y no había nadie tan
hermoso como ella cuando estaba así. Creo que esa languidez
que llevaba con tanta gracia y que era tan característica
de ella sólo servía para destacar más su belleza. Evidentemente
mi padre estaba pensando en el contraste entre su
semblanza y la mía, porque suspiró y dijo:
—Ojalá mi pobre Laura también luciera ahora como en
ella ha sido usual.
Bueno, nuestras preocupaciones se habían desvanecido y
Carmilla disfrutaba de nuevo de su vida entre nosotros.
87