You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
-Sí, señor.<br />
Belter desmontó.<br />
Teece lo miró de arriba abajo.<br />
-¿Qué crees que estás haciendo?<br />
-Mire, señor Teece...<br />
-Supongo que piensas irte... ¿Cómo dice esa canción? «Camino arriba, a través<br />
del aire», ¿no es así?<br />
-Sí, señor.<br />
El negro esperó.<br />
-¿Recuerdas que me debes cincuenta dólares, Belter?<br />
-Sí, señor.<br />
-¿Y quieres escaparte? ¡Te mataré a latigazos!<br />
-Con toda esa agitación, se me había olvidado, señor.<br />
-Se le había olvidado... -Teece echó un guiño malicioso a los hombres que<br />
estaban en el porche-. Maldito seas, muchacho, ¿sabes lo que vas a hacer?<br />
-No, señor.<br />
-Pues vas a trabajar hasta pagarme esos cincuenta dólares, o no me llamo<br />
Samuel W Teece.<br />
Y se volvió con una confiada sonrisa hacia los hombres sentados a la sombra.<br />
Belter miró el río que corría por la calle, el río oscuro que pasaba y pasaba entre<br />
las tiendas, el río oscuro que se deslizaba sobre ruedas, caballos y zapatos<br />
polvorientos, el río oscuro del que había sido arrebatado. Se estremeció.<br />
-Déjeme ir, señor Teece. Le mandaré el dinero desde allá arriba, ¡se lo prometo!<br />
-Escucha, Belter -dijo Téece tomando al negro por los tirantes, como si fueran dos<br />
cuerdas de arpa, jugando con ellos de vez en cuando, mirando el cielo con aire de<br />
desprecio y burla, y alzando un dedo huesudo, que apuntaba directamente a Dios-<br />
. Belter, ¿sabes lo que te espera allá arriba?<br />
-Sólo sé lo que me han dicho.<br />
98