Volumen 18. Teatro - Novela - "La Edad de Oro"
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272 MAllTf / NOVELA<br />
sin ser alta, todas parecen bajas cerca <strong>de</strong> ella. Camina eomo quien va<br />
lanzando clarida<strong>de</strong>s, hacia Juan camina:<br />
-Juan )Lucia no quiere abrirme! Yo creo que le pasa algo. <strong>La</strong><br />
criada me dice que se ha vestido rres o cuatro veax+ y ha vuelto a<br />
<strong>de</strong>svestirse, y a <strong>de</strong>speinarse, y ae ha echado sobre Ia cama, <strong>de</strong>sesperada,<br />
laatim8adosa ia cara J llorando. Después <strong>de</strong>spidió a la criada, y se quedó<br />
vistiéndose sola. f Juan! jvaya a ver qu¿ tiene!<br />
En este instante, estaban Juan y Sol, <strong>de</strong> pie en medio <strong>de</strong> la sala, y otras<br />
parejas, pasando, en espera <strong>de</strong> que rompiese el baile, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellos.<br />
-iAlli viene! jalli viene ! dijo Juan, que tenía e Sol <strong>de</strong>l brazo,<br />
seíialando hacia el fondo <strong>de</strong>l corredor, por don<strong>de</strong> a lo lejos venía al fir<br />
Lucia Lucha, toda <strong>de</strong> negro. A punto que pasaba por frente e la puerta<br />
<strong>de</strong>l cuarto <strong>de</strong> vestir, interrumpiendo el paso a un indio, que sacaba en<br />
las manos cuidadosamente, por or<strong>de</strong>n que le habia dado Juan, una cesta<br />
cargada <strong>de</strong> armas, vio, viniendo hacia ella <strong>de</strong>l brasa, solos, en plene lua<br />
<strong>de</strong> plata, en mitad <strong>de</strong>l bosquecillo <strong>de</strong> flores que había a la entrada do ia<br />
sala, a Juau y a Sol, e la hermoaísima pareja. Se afirmó sobre sus pies<br />
como si se clavase en el pfso. “jEepera! jEepera!” dijo al indio. Dejó<br />
a Juan y a Sol a<strong>de</strong>lantarse un poco por el corredor estrecho, y cuando<br />
les tenía como a unos doce pasos <strong>de</strong> distancia, <strong>de</strong> una terrible sacudida<br />
<strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong>sató sobre su espalda la cabellera: “i Cállate, cállate!” le<br />
dijo al indio, mientras haciendo como que miraba a<strong>de</strong>ntro, ponía la<br />
mano tremenda en la ceste; y cuando Sol M <strong>de</strong>sprendía <strong>de</strong>l braao <strong>de</strong><br />
Juan y venia a ella con loa brasos abiertoa...<br />
iFuego ! Y con un tiro en la mitad <strong>de</strong>l pecho, vaciló Sol, palpando el<br />
aire con las manos, como uns paloma que aletea, y a los pies <strong>de</strong> Juan<br />
bonorizado, cayó muerta.<br />
-fJ&s! fJesírs! j J&s! Y retorciéndose y <strong>de</strong>sgarrándose los vestidos,<br />
Lucía se echó en el suelo, y ae arrastró hasta Sol <strong>de</strong> rodillas, y se mesaba<br />
loa cabellos con las manos quemadas, y besaba a Juan los pies; a Juan,<br />
e quien Pedro Real, para que uo cayese, sostenía en au brazo. iPara<br />
Sol, para Sol, aun <strong>de</strong>spu& <strong>de</strong> muerta, todos los cuidados! iTodos sobre<br />
ella! iTodos queriendo darle su vida! iE corredor lleno <strong>de</strong> mujerea que<br />
lloraban ! i A ella, nadie sa acemaba a ella!<br />
--iJesús, Jesrís! Entró Lucía por la puerta <strong>de</strong>l cuarto <strong>de</strong> vestir <strong>de</strong> laa<br />
añoras, huyendo, basta que dio en le sala, por don<strong>de</strong> Ana crusaba medio<br />
muerta, <strong>de</strong> los brazos <strong>de</strong> A<strong>de</strong>la y <strong>de</strong> Petrona Revolorio, y exhalando M<br />
alarido, cayó, sintiendo un beso, entre los brazos <strong>de</strong> Aua.<br />
FRAGMENTOS"<br />
14 Estoa tres fragmentoa <strong>de</strong> novela ee encuentran en el hchico Genzdo <strong>de</strong><br />
Quesada.