Volumen 18. Teatro - Novela - "La Edad de Oro"
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4ío MARTf/ LA EDAD DE ORO<br />
que quiere <strong>de</strong>cir batalla, o sopla el alcohol que trae en la boca sobre una<br />
antorcha encendida, lo que quiere <strong>de</strong>cir que hay incendio. Y este <strong>de</strong> la<br />
blusa, que anda poniendo y quitando, sale y entra entre los que hacen<br />
<strong>de</strong> príncipes <strong>de</strong> stda y generales <strong>de</strong> oro, <strong>de</strong> mil años atrás, cuando 10s<br />
parientes <strong>de</strong>l principe Ly-Tieng-Vuong querían darle a beber una taza<br />
<strong>de</strong> tE envenenado. Allá a<strong>de</strong>ntro, en lo que no se ve <strong>de</strong>l teatro, hay como<br />
un mostrador, con cajas <strong>de</strong> pintarse y espejos en la pared, y un rosarid<br />
<strong>de</strong> barbas, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> el que hace <strong>de</strong> loco toma la amarilla, y la colorada<br />
el que hace <strong>de</strong> fiero, y la negra el que hace <strong>de</strong> rey hermoso, y el que<br />
hace <strong>de</strong> viejo toma la barba blanca. Y se pinta la cara el que hace <strong>de</strong><br />
gohcrnador, <strong>de</strong> colorado y <strong>de</strong> negro. Por encima <strong>de</strong> todo, en lo más<br />
alto <strong>de</strong> la pared, hay una estatua <strong>de</strong> Buda. Al salir <strong>de</strong>l teatro, los anamitas<br />
van hablando mucho, como enojados, como si quisieran echar a correr,<br />
y parece que quieren convencer a sus amigos cobar<strong>de</strong>s, y que los<br />
amenazan. De la pagoda salen callados, con la cabeza baja, con las<br />
7:anos en los bolsillos <strong>de</strong> la blusa azul. Y si un francés les pregunta algo<br />
:n el camino, le dicen en su lengua: “NO sé”. Y si un anamita lea habla<br />
<strong>de</strong> algo en secreto, le dicen: “iQuién sabe!”<br />
HISTORIA DE LA CUCHARA Y EL TENEDOR<br />
iCuentan las cosas con tantas palabras raras, y uno no las pue<strong>de</strong><br />
enten<strong>de</strong>r! : como cuando le dicen ahora a uno cn la Exposición <strong>de</strong> París:<br />
“Tome una djirincka-idjirincka!-y vea cn un momento todo lo <strong>de</strong> la<br />
Esplanada”: ipero primero le tienen que <strong>de</strong>cir a uno lo que eo djirinc’ka!<br />
Y por eso no entien<strong>de</strong> uno las cosas: porque no entien<strong>de</strong> uno laa palabras<br />
en que se las dicen. Y luego, que no se lo han <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a uno todo <strong>de</strong><br />
la primera vez, porque es tanto que no se lo pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r todo, como<br />
cuando entra uno en una catedral, que <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> que es no ve uno más<br />
que los pilares y los arcos, y la luz allá arriba, que entra como jugando<br />
por los cristales; y luego, cuando uno ha estado muchas veces, ve claro<br />
en la oscuridad, y anda como por una casa conocida. Y no es que uno<br />
no quiere saber; porque In verdad es que da vergüenza ver algo y no<br />
enten<strong>de</strong>rlo, y el hombre no ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>scansar hasta que no entienda todo<br />
lo que ve. <strong>La</strong> muerte es lo más difícil <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r; pero los viejos que<br />
han sido buenos dicen que ellos saben lo que es, y por eso están tranquilos,<br />
porque es como cuando va a salir el sol, y todo se pone en el mundo fresco<br />
y <strong>de</strong> unos colorea hermosos. Y la vida no es difícil <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r tampoco.<br />
Cuando uno sabe para lo que sirve todo lo que da la tierra, y sabe Io<br />
que han hecho los hombres en el mundo, siente uno <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> hacer más<br />
que ellos todavía: y eso es la vida. Porque los que se están con los brazos<br />
cruzados, sin pensar y sin trabajar, viviendo <strong>de</strong> lo que otros trabajan,<br />
Csos comen y beben como los <strong>de</strong>m& hombres, pero en la verdad <strong>de</strong> la<br />
verdad, ésos no están vivos.<br />
Los que estiín vivos <strong>de</strong> veras son los que nos hacen los cubiertos <strong>de</strong><br />
comer, que parecen <strong>de</strong> plata, y no son <strong>de</strong> p!ata pura, sino <strong>de</strong> una mezcla<br />
<strong>de</strong> metales pobres, a la que le ponen encima con la electricidad uno como<br />
baño <strong>de</strong> plata. Ekos si que trabajan, y hay taller que hace al día<br />
cuatrocientas docenas <strong>de</strong> cubiertos, y tiene como más <strong>de</strong> mil trabajadores:<br />
y muchos son mujeres, que hncen mejor que el hombre todas las co:ias