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El Humanista ubetense Juan Pasquau Guerrero y su época

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dentro <strong>su</strong> imagen para que se le recordara dentro y fuera de <strong>su</strong> ciudad. Ni que pasados<br />

más de treinta de <strong>su</strong> muerte <strong>su</strong> obra estaría tan viva. Pues, aunque a él tanto<br />

le gustaba el silencio y la calma, se precisan inquietudes para que la cultura del<br />

ayer no muera. En una editorial del mes de septiembre de 19 0 escribió <strong>Pasquau</strong><br />

esto sobre la excesiva calma que había en Úbeda, al encontrarlo todo igual tras el<br />

tiempo estival en que estuvo fuera: «Es buena esta calma. Pero habrá que analizarla<br />

bien. No sé si habrá que sopesarla y mirarla –remirarla– al trasluz...¿Será una calma<br />

chicha? La tranquilidad es buena, pero la tranquilidad –paradójicamente– debe<br />

inquietarse. De la inquietud nace la acción. Y también la oración. La tranquilidad<br />

es buena, pero si no es fértil, ni siquiera puede llamarse paz» 79 . Precioso fue <strong>su</strong><br />

artículo dedicado a la feria en la misma revista, titulado «San Miguel a la vista»,<br />

llena de poesía y metáforas, con un recuerdo a los gitanos de <strong>su</strong> ciudad y un canto<br />

a la libertad: «los gitanos, más que nadie, saben de la libertad. Y ellos no hablan<br />

nunca de ella. Ni la asocian equívocamente a significados dudosos. ¿Qué será, –por<br />

ejemplo– la libertad política? <strong>El</strong>los generosamente lo ignoran. Seguramente –intuyen–<br />

algo postizo y <strong>su</strong>perpuesto, como unas narices de cartón. <strong>El</strong>los no hablan<br />

de la libertad porque la tienen pujante y brillante –bienhumorada– dentro de <strong>su</strong><br />

vida desnuda. ¿Es una conquista la liberad? ¡qué va! Es un instinto que les baila<br />

profundo en la oquedad de una existencia sin ambición ni codicia. Es una sana flor<br />

de ocio en olor de naturaleza, lejos del trafagoso olor de multitud» 80 .<br />

A finales de septiembre llega a Úbeda una gran noticia, de la que también<br />

se hace eco esta revista, «la inminente concesión a nuestra ciudad de un Instituto<br />

de Enseñanza Media», logrado por la buena gestión del alcalde Miguel Sánchez<br />

Díaz. En este centro impartió clases el sacerdote D. Diego García Hidalgo, que fue<br />

nombrado párroco de Santa María en las mismas fechas que llega la buena nueva<br />

sobre el Centro Escolar de Secundaría; Centro que tomaría el nombre de «Instituto<br />

de Enseñanza Media San <strong>Juan</strong> de la Cruz», en el que ejercemos docencia desde<br />

1980. Por esta revista se pueden conocer los primeros momentos de andadura de<br />

este instituto, que comenzó a funcionar en el siguiente curso, en octubre, comenzando<br />

las obras del edificio en el mes de enero de 19 1 en la zona llamada «La<br />

Explanada». Por una entrevista que hizo <strong>Pasquau</strong> al alcalde, sabemos que el ayuntamiento<br />

invirtió en él doce millones de pesetas, de los impuestos municipales. Al<br />

término de la entrevista <strong>Pasquau</strong> exclama satisfecho:» ¡Tenemos Instituto! Hace<br />

dos meses parecía un <strong>su</strong>eño. Ahora…van a comenzar las obras» 81 . Este centro fue<br />

desde luego algo fundamental en la vida ciudadana, un signo claro del progreso<br />

cultural del momento.<br />

79 Ibidem, nº 109, p. 1.<br />

80 Ibidem, pp. 8-9.<br />

81 Ibidem, nº 110, pp. - .<br />

<strong>El</strong> humanista <strong>ubetense</strong> <strong>Juan</strong> <strong>Pasquau</strong> <strong>Guerrero</strong><br />

y <strong>su</strong> <strong>época</strong><br />

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