El Humanista ubetense Juan Pasquau Guerrero y su época

En el mes de septiembre sale a la calle su publicación «Úbeda, Ciudad
del Renacimiento andaluz», de la colección Temas de nuestra Andalucía, escrita por
encargo de la Obra Cultural de la Caja de Ahorros de Granada. La gran difusión
que tuvo esta colección proyectó más si cabe la figura de Pasquau y el patrimonio
histórico-artístico de Úbeda 825 .
Con motivo de la apertura del curso académico 197 -197 de la SAFA,
Pasquau pronunció un discurso antológico, que hemos citado muchas veces a lo
largo de esta biografía: en él hace un recorrido por la historia de esta institución
escolar, desde el año 19 1, que es a la vez un retrato de la historia local. El discurso
finalizó así: «En el centro de una plaza de Úbeda está San Juan de la Cruz, el poeta
que murió en Úbeda, el poeta que escribió aquello de: «un pensamiento del hombre
vale más que todo el mundo». Y el que dijo aquello de «dónde no haya amor,
pon amor y hallarás amor». Cuidado con los relojes de Úbeda…quizás el gran
Sentidor, el gran Amador, está en esa plaza ubetense invitándonos a chicos y grandes
a tener cuidado de nuestros atrasos y de nuestros adelantos» 82 . Le preocupaba
mucho a Juan Pasquau el sentido del progreso, el rumbo que tomaba el reloj de la
historia: así lo expuso también en otro magistral artículo titulado «¿Progreso o regreso?»,
temiendo que algunos logros de la civilización condujeran a la humanidad
a la destrucción, al colapso que «se produciría precisamente a causa de la desmesura
de esos logros». En tal caso «será preferible desandar lo andado. Será preferible
morir». 827 Pero Juan tiene fe en el futuro de la humanidad, sobre todo porque cree
en el valor de los jóvenes, en la importancia que tiene su «Educación sin descanso»,
título que puso a un magnífico artículo publicado en octubre de este año, que vale
la pena reproducir casi completo:
«No descansa la educación porque el ritmo del mundo no lo permite. No hay
tiempo. Educación, viene de «educere», conducir. Y ahora hay un sistema de
canalizaciones, de conducciones, que no da abasto. Se nos educa –o se nos manipula,
o se nos mangonea– desde todas partes. Y tan aprisa va la Ciencia, tanto
adelanta la técnica, tantos libros se escriben, tantos planes de estudio se proponen
y se suceden, tanto, en suma, se culturaliza, que ¿quién se da un respiro? Lo grave
es que a la educación que se imparte para enfrentarse con el presente y a la que se
ofrece para evitar reincidencias en males del pasado, empieza a superponerse ya
la destinada a afrontar el porvenir. En «El shock del futuro», Alvin Toffer escribe
de «lo que pasa a la gente que se siente abrumada por el cambio». Y como los
cambios de perspectiva son sensacionales, Alvin Toffer intenta irnos preparando.
Nos invita a que nos levantemos de nuestra butaca; nos desaposenta y nos alerta.
Sabemos mil cosas, pero hay que hacer sitio a muchísimas que ignoramos. Ade-
825 Hay una extensa reseña de esta publicación en la «Hoja del lunes de Ideal, 19 de noviembre de 197 .
82 AJP, «Fundación y pasado de las Escuelas de SAFA», p. .
827 Ideal,21 de noviembre de 197 .
El humanista ubetense Juan Pasquau Guerrero
y su época
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