14.05.2013 Views

milan kundera - Prisa Revistas

milan kundera - Prisa Revistas

milan kundera - Prisa Revistas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ia– aprovechó, no para enmendar<br />

o suavizar las terribles condiciones<br />

que propiciaban tales desmanes,<br />

sino para desencadenar la<br />

habitual política represiva en formas<br />

de encarcelamientos masivos,<br />

torturas y condenas a muerte<br />

7 . La brutal represión de los<br />

“compañeros” de Jerez, convertidos<br />

inmediatamente en la órbita<br />

de la prensa anarquista en “nuestros<br />

mártires”, enciende de modo<br />

determinante la sed de venganzas.<br />

La mitificación de una oscura<br />

figura procedente de Francia,<br />

Ravachol, añade más leña al fuego.<br />

Ravachol era un poco recomendable<br />

personaje –ladrón y<br />

asesino– que se acogió al radicalismo<br />

ácrata para dar un cierto<br />

aire, político e intelectual, a sus<br />

crímenes. Lo burdo y grosero de<br />

la maniobra no constituyó sorprendentemente<br />

obstáculo para<br />

que los más exaltados anarquistas<br />

elevaran a Ravachol a sus altares,<br />

comparándolo con el mismo Jesucristo.<br />

La cuestión que quedaba<br />

abierta entonces era aún más importante:<br />

Ravachol nos marca el<br />

camino, ¿por qué no actuamos<br />

contra el orden burgués del mismo<br />

modo que Ravachol? 8<br />

2. La ‘propaganda<br />

por el hecho’ en España<br />

La influencia francesa en el desarrollo<br />

del terrorismo anarquista<br />

hispano no se limita a cuestiones<br />

individuales o anecdóticas. Por el<br />

contrario, existen corrientes profundas<br />

(en su aspecto más superficial<br />

y llamativo podríamos hablar<br />

de un mimetismo hispano<br />

con respecto a lo que sucede<br />

allende los Pirineos), que desembocan<br />

en sorprendentes similitudes<br />

estructurales. Ya para empezar<br />

el ambiente cultural, en su<br />

más amplio sentido, asemejaba a<br />

Barcelona y París. La capital ca-<br />

8 Entre 1892 y 1893 aparecieron en<br />

Sabadell dos periódicos con el nombre<br />

del activista francés: Ravachol y El Eco<br />

de Ravachol. En el primero de ellos colaboraba<br />

al parecer Paulino Pallás, el<br />

autor del primer gran atentado –contra<br />

el general Martínez Campos– que se<br />

puede encuadrar en el marco de la “propaganda<br />

por el hecho”. Véase también<br />

Maitron, J.: Ravachol et les anarchistes,<br />

París, 1964.<br />

Nº 82 n CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA<br />

talana, en contraste con la “atrasada”<br />

y “burocratizada” capital<br />

“castellana”, tenía a gala el mirarse<br />

en el espejo francés. Barcelona<br />

pretendía ser “el eco de París”, el<br />

“París del Migdia”. Era, más que<br />

una frase hecha, una aspiración<br />

latente en una burguesía con ínfulas<br />

de exquisita, que asistía satisfecha<br />

al desarrollo de la ciudad<br />

(en 1888 había tenido lugar la<br />

Exposición Universal), que se recreaba<br />

en la arquitectura modernista,<br />

acudía a las funciones de<br />

gala del Liceo y empezaba a tomar<br />

conciencia de la posibilidad<br />

de animar una cultura propia 9 .<br />

La “propaganda por el hecho”<br />

que van a desarrollar los anarquistas<br />

españoles tendrá indudablemente<br />

un sello francés. No<br />

tanto porque en los atentados y<br />

en los ambientes clandestinos<br />

predominen individuos de esa<br />

nacionalidad (en este sentido parece<br />

que les superaban los italianos)<br />

10 , cuanto por las características<br />

mismas de la oleada terrorista.<br />

Ésta se había desarrollado<br />

en Francia en un breve lapso de<br />

tiempo, entre 1892 y 1894, teniendo<br />

como centro fundamental<br />

París, por su obvia función<br />

9 Sobre la Barcelona de la época, sobre<br />

todo sus aspectos culturales, véase<br />

Dossier de L’Avenç (octubre de 1978)<br />

“La Barcelona de 1900” (artículos de<br />

Fàbregas, Marfany, Solà, etcétera). Cf.<br />

también Sánchez, Alejandro (Ed. de):<br />

Barcelona, 1888-1929. Modernidad,<br />

ambición y conflictos de una ciudad soñada,<br />

Madrid, 1994. Para aspectos más<br />

ideológicos y relacionados con el movimiento<br />

obrero, Reventós, M.: Assaig sobre<br />

alguns episodis històrics dels moviments<br />

socials a Barcelona en el segle XIX,<br />

Barcelona, 1925.<br />

10 Por razones obvias ésta es una<br />

cuestión difícil de traducir en cifras incuestionables.<br />

En los ficheros de la Policía<br />

y en los documentos del Ministerio<br />

de la Gobernación aparecen con frecuencia<br />

referencias al “personal anarquista<br />

extranjero”, a veces con nombres<br />

y apellidos. Véase, por ejemplo, Circular<br />

reservada sobre extranjeros (Archivo<br />

Histórico Nacional, Ministerio de la<br />

Gobernación, Serie A, Legajo 44, Exped.<br />

19). Hay también múltiples referencias<br />

a los contactos de los camaradas<br />

españoles con franceses e italianos en<br />

obras que describen el ambiente de esos<br />

“bajos fondos”. Cf., por ejemplo, las<br />

obras, escritas desde perspectivas ideológicas<br />

opuestas, de R. Sempau: Los victimarios,<br />

Barcelona, 1901 y, M. Gil Maestre:<br />

El anarquismo en España y el especial<br />

de Barcelona, Madrid, 1897. Hay<br />

de caja de resonancia en todo el<br />

país. Una cadena trágica de atentados-represión-represalias,<br />

que<br />

conducía a mayor rigor represivo<br />

(se multiplicaban las condenas a<br />

muerte) y a nuevas respuestas<br />

violentas (la sangre de los “mártires”<br />

reclamaba venganza), parecía<br />

haberse adueñado de la vida<br />

política francesa, y aun de la<br />

propia vida social, pues se había<br />

desatado una auténtica psicosis<br />

de pánico, fruto de la cada vez<br />

más indescifrable finalidad de la<br />

“propaganda por el hecho”. En<br />

efecto, ésta había degenerado rápidamente<br />

hacia el atentado ciego,<br />

indiscriminado: bombas en<br />

establecimientos públicos (hoteles,<br />

cafés, estaciones), en iglesias,<br />

en la vía pública…, de tal modo<br />

que cualquiera podía ser la víctima.<br />

Se trataba de sacudir hasta<br />

los cimientos la autosatisfacción<br />

de aquella burguesía de la belle<br />

époque. La cobertura intelectual<br />

del proceso dinamitero (una<br />

confluencia entre anarquistas e<br />

intelectuales radicalizados que<br />

también iba a darse en el caso<br />

español) 11 quedaba claramente<br />

simbolizada en las palabras, luego<br />

ampliamente repetidas, del<br />

poeta Laurent Tailhade, a propósito<br />

de una de las acciones terroristas:<br />

Qu’importent les victimes<br />

si le gest est beau!.<br />

también importantes referencias en este<br />

sentido en Núñez de Prado, G.: Los<br />

dramas del anarquismo, Barcelona-Buenos<br />

Aires, 1904. En cualquier caso lo<br />

que sí es incuestionable es la participación<br />

de algunos de esos extranjeros en<br />

las más sonadas acciones terroristas del<br />

momento: muy probablemente el autor<br />

del misterioso bombazo de la calle de<br />

Cambios Nuevos fue un francés apellidado<br />

Girault, del mismo modo que<br />

otro individuo de la misma nacionalidad,<br />

Tomás Ascheri, fue el principal encausado<br />

en el proceso de Montjüic; Pallás<br />

declaró a su vez que las bombas que<br />

arrojó contra Martínez Campos les fueron<br />

proporcionadas por el italiano “Momo”,<br />

que había muerto poco antes, al<br />

manipular explosivos; italiano fue también<br />

el ejecutor de Cánovas, Michele<br />

Angiolillo.<br />

11 Dice Reventós (op. cit., pág. 139),<br />

refiriéndose a Barcelona, y sobre todo a<br />

su ambiente intelectual (artistas, literatos,<br />

ideólogos, profesionales, etcétera):<br />

“En aquells temps, que podríem datar<br />

amb la clausura de l’Exposició del 88 i<br />

la franca transformació de la ciutat, mes<br />

o menys anarquista ho era tothom”.<br />

RAFAEL NÚÑEZ FLORENCIO<br />

Prácticamente todas las características<br />

mencionadas se van a<br />

repetir en el caso español: concentración<br />

de los atentados en<br />

un lapso de tiempo relativamente<br />

corto y en una ciudad concreta<br />

(emblemática); rápida degeneración<br />

de los objetivos teóricos<br />

de la “propaganda por el hecho”<br />

hasta desembocar en el atentado<br />

de represalia (venganza por la represión)<br />

y en los bombazos indiscriminados,<br />

sin objetivos definidos;<br />

creación de una auténtica<br />

psicosis colectiva con la<br />

formación en la conciencia popular<br />

de la imagen turbia del<br />

anarquista dinamitero rondando<br />

por las esquinas sombrías; petición<br />

por parte de la opinión pública<br />

de un mayor rigor gubernamental<br />

ante el anarquismo,<br />

que desemboca en la proliferación<br />

de penas de muerte; confluencia<br />

entre intelectuales y<br />

anarquistas en un radicalismo<br />

nihilista que encontraba en la<br />

burguesía autocomplaciente de<br />

fin de siglo el blanco más odiado,<br />

el enemigo por antonomasia…<br />

Hasta el fin de la oleada terrorista<br />

guarda paralelismos sorprendentes:<br />

tanto en uno como en<br />

otro caso, la “propaganda por el<br />

hecho” cesa después de haber inflingido<br />

al enemigo el golpe más<br />

certero, la acción más osada y espectacular,<br />

el asesinato del más<br />

alto representante del odiado sistema<br />

político burgués: Sadi Carnot<br />

en Francia (1894), Cánovas<br />

en España (1897).<br />

Si bien los grandes atentados<br />

anarquistas del periodo clásico de<br />

la “propaganda por el hecho” en<br />

España no presentan grandes novedades<br />

con respecto a los que<br />

habían tenido lugar fuera de<br />

nuestras fronteras (ni en su germinación<br />

ni en sus elementos desencadenantes<br />

ni en sus objetivos<br />

ni en su desarrollo), ello no<br />

nos debe llevar apresuradamente<br />

a negar todo rasgo de especificidad<br />

en el caso español. Lo original,<br />

sin embargo, viene “externamente”,<br />

superponiéndose al proceso<br />

terrorista hasta deformarlo,<br />

es decir, llegando a restar protagonismo<br />

a los propios atentados.<br />

Nos referimos, evidentemente, al<br />

proceso represivo, sobre todo al<br />

55

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!