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teles, etcétera). Lo singular, y esto<br />
sí que es terrible, es que la organización<br />
militar no ofrezca<br />
una salida institucional a esta fase<br />
de indefensión. Es decir, que,<br />
como ya hemos adelantado, no<br />
culmine el proceso de asimilación<br />
de la tropa.<br />
Lo aparentemente absurdo es<br />
que la actividad de sancionar se<br />
haya constituido en la principal<br />
tarea de los mandos sobre la tropa.<br />
¿Qué función puede tener<br />
someter a tanta gente a una situación<br />
tan tensa, desagradable y<br />
sin salida?<br />
A la luz de lo descrito, parece<br />
que el único objetivo claramente<br />
alcanzado por las FF AA respecto<br />
al servicio militar obligatorio,<br />
que también se ha llegado a calificar<br />
como “retención administrativa<br />
del ciudadano” 19 , ha sido<br />
mostrar su capacidad de hospedar,<br />
eso sí, bajo una severa cultura<br />
de la disciplina a una media de<br />
250.000 ciudadanos al año. Ahora<br />
bien, ésta no parece una labor<br />
necesaria para nadie. Seguro que<br />
la mayoría de los soldados que<br />
han sido llamados a filas hubieran<br />
preferido seguir viviendo en<br />
sus casas. Por tanto, hay que buscar<br />
otra función alternativa a la<br />
hostelera. La hipótesis explicativa<br />
que propongo es muy simple y,<br />
por tanto, fácilmente refutable.<br />
La tropa española ha sido inmolada<br />
durante lustros con el objetivo<br />
de ocupar en algo a la temible<br />
institución militar. Supongo<br />
que era suficiente con que los militares<br />
no se dedicaran a pensar:<br />
¿Qué hacemos? ¿Cuál es nuestra<br />
misión en España? Había que<br />
mantenerlos ocupados y alimentados<br />
(material y simbólicamente)<br />
con algo que estuviera fuera<br />
del ámbito político 20 . Lo más fácil<br />
era continuar entreteniéndoles<br />
con lo que venían haciendo, pero<br />
esto ha tenido un coste social:<br />
hemos ofrendado un año de la<br />
18 Goffman, E. (1972), pág. 13.<br />
19 Reconozco la capacidad descriptiva<br />
y profundidad de esta denominación<br />
que he leído a Cachinero (1992),<br />
pág. 172.<br />
20 Estas afirmaciones requieren muchas<br />
matizaciones y argumentos, pero<br />
esto desviaría el objetivo de este trabajo.<br />
Nº 82 n CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA<br />
vida de millones de jóvenes para<br />
mantener atareados en su hospedaje<br />
a los ejércitos españoles. Esta<br />
dinámica continuista ha propiciado<br />
que en plena democracia<br />
se haya mantenido la figura del<br />
ciudadano siervo, sin duda como<br />
herencia directa del anterior régimen<br />
político 21 .<br />
Éste es el panorama general<br />
del servicio militar obligatorio español<br />
hasta el día de hoy. Ahora,<br />
y ante la evidencia del total derrumbamiento<br />
de esta institución<br />
social que era la mili, se propone<br />
su reforma. En efecto, en esto parece<br />
que hay una gran coincidencia.<br />
Ahora bien, lo lógico es pensar<br />
que se van a estudiar y a rectificar<br />
los errores cometidos. Pero<br />
no, se aplica sin debate social un<br />
giro total, eso sí (¡sorpresa!), todo<br />
a las órdenes de la misma élite burocrática<br />
militar que ha liderado<br />
el fracaso del anterior diseño.<br />
2. ¿Qué nos proponen?:<br />
trabajo precario<br />
El Nuevo Modelo de Fuerzas Armadas<br />
gravita sobre la eliminación<br />
del actual servicio militar<br />
obligatorio y su transformación<br />
en otro totalmente profesional<br />
(aunque aquí mantengo que es<br />
más adecuado denominarlo como<br />
seudoprofesional), modificación<br />
que se centra en la sustitución<br />
de la tropa de ciudadanos<br />
(que cumplen un deber constitucional)<br />
por trabajadores (que<br />
realizan la tarea a cambio de un<br />
salario). Estamos ante una mercantilización<br />
del servicio militar,<br />
esto es, del “derecho y deber de<br />
defender a España” 22 . Nada que<br />
objetar a esta decisión política;<br />
por cierto, más cara económicamente<br />
23 . Mi crítica no está dirigida<br />
a la creación de una tropa<br />
21 Sobre el proceso de cambio y su<br />
repercusión en los derechos de la ciudadanía<br />
puede verse García de la Cruz,<br />
1998c y 1998d.<br />
22 Artículo 30.1 de la Constitución<br />
española de 1978.<br />
23 Sin olvidar que en contraste con<br />
el coste puramente económico están los<br />
costes sociales, educativos, etcétera, que<br />
también conviene valorar antes de apresurar<br />
un balance positivo o negativo de<br />
esta o cualquier otra reforma, véase: Cosido<br />
(1992).<br />
profesional, sino a su hipotético<br />
carácter de seudoprofesional y a la<br />
prolongación del control coercitivo,<br />
disciplinario, sobre la tropa<br />
ahora profesional.<br />
Nos enfrentamos a la gestación<br />
de una figura laboral decimonónica.<br />
Los soldados que<br />
conformarán la tropa profesional<br />
son trabajadores precarios y<br />
sin futuro profesional (se habla<br />
de “compromisos renovables” o<br />
–cabría añadir– no renovables.<br />
¿Cuándo sí y cuándo no? ¿Quién<br />
lo decide? ¿Hasta cuándo será renovable<br />
el contrato de estos profesionales?<br />
¿Por qué está limitada<br />
su permanencia a cinco o seis<br />
años?) 24 .<br />
El inquietante escenario laboral<br />
que se está configurado se<br />
puede sintetizar así: una tropa<br />
sujeta al mismo control disciplinario<br />
que había en el servicio<br />
militar obligatorio y que, además,<br />
estará amenazada o al menos<br />
temerosa de que no le sea<br />
renovado su contrato de permanencia,<br />
es decir, su trabajo (el<br />
sueldo con el que viven seguramente<br />
el soldado y su familia,<br />
–¿o se les prohibe casarse y tener<br />
hijos?–). Por consiguiente, podríamos<br />
estar ante la generación<br />
de una figura de empleo público<br />
precario y sujeta a un despido<br />
libre camuflado, condicionada<br />
por renovaciones de contrato<br />
que quedan al arbitrio de la patronal<br />
de turno, en este caso el<br />
Ministerio de Defensa y sus capataces,<br />
los mandos militares.<br />
Eso sí, y me parece que aquí está<br />
el truco, esta profesionalización<br />
va a afectar a menos ciudadanos<br />
y me temo que sólo a cier-<br />
24 “La permanencia media deseable<br />
en activo para la tropa y marinería profesional<br />
se cifra en un periodo de cinco<br />
a seis años…”. Nuevo Modelo de Fuerzas<br />
Armadas, proyecto presentado por el<br />
Ministerio de Defensa al Congreso de<br />
los Diputados en el mes de diciembre<br />
de 1996. Aunque el propio ministro declara,<br />
por otro lado, que un 15% de los<br />
soldados profesionales podrán tener empleo<br />
durante toda su vida laboral en las<br />
FF AA (Abc, viernes, 13-3-98, pág. 28).<br />
Pero, no se sabe quiénes ni cómo ni por<br />
qué. Bien pensado, este embudo (un<br />
15% del total se salvarán) todavía empeora<br />
más el escenario laboral, le añade<br />
un grado más a la amenaza del despido.<br />
JUAN JOSÉ GARCÍA DE LA CRUZ<br />
tos perfiles sociales, librando de<br />
estas duras circunstancias laborales<br />
a los sectores juveniles de la<br />
sociedad más críticos con lo militar.<br />
En todos los procesos de profesionalización<br />
las Fuerzas Armadas<br />
salen al mercado de trabajo<br />
a competir por atraer a sus<br />
filas a los jóvenes. Por tanto, las<br />
FF AA tendrán que disputar por<br />
su tropa con las empresas civiles<br />
y las administraciones públicas<br />
en general, y muy directamente<br />
con todos los cuerpos de seguridad<br />
(Policía Nacional, Guardia<br />
Civil, policías autonómicas y locales).<br />
De este modo, la incorporación<br />
de los futuros profesionales<br />
queda determinada por<br />
la dinámica del mercado (oferta<br />
y demanda), por la imagen de la<br />
empresa, por las expectativas laborales,<br />
el nivel de salarios, las<br />
condiciones laborales, etcétera.<br />
Ahora bien, el panorama actual<br />
del mercado laboral juvenil español<br />
está ensombrecido por<br />
una tasa de paro cercano al<br />
40%, con claros desequilibrios<br />
geográficos y sociales 25 . Estamos<br />
ante tasas de paro juvenil que<br />
minimizan la capacidad de selección<br />
de los jóvenes sin empleo,<br />
sobre todo en los que no<br />
tienen expectativas. En este escenario<br />
social aparece el Ministerio<br />
de Defensa haciendo una<br />
oferta anual de empleo público<br />
de 10.00 a 15.000 puestos remunerados<br />
y con un horizonte<br />
laboral de cinco años. La pregunta<br />
más adecuada no es<br />
¿quién acudirá a la llamada?, sino<br />
¿quién puede prescindir de<br />
la oferta de las FF AA?<br />
La respuesta la basamos en la<br />
combinación de cinco factores<br />
que nos permiten apuntar el perfil<br />
general de los jóvenes que no<br />
alimentarán nunca la tropa profesional,<br />
los nuevos excluidos.<br />
Desde un enfoque socioeconómico,<br />
los pertenecientes a las clases<br />
sociales con más recursos económicos.<br />
Desde una perspectiva<br />
económico-regional, los residentes<br />
en las zonas con mayor espe-<br />
25 Véase, VV AA 4. Informe España<br />
1996, págs. 77-165. (1997).<br />
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