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De ciudadanos siervos<br />
a trabajadores siervos<br />
Este trabajo elude conscientemente<br />
los aspectos positivos de<br />
la reforma del servicio militar español;<br />
en concreto, de la cacareada<br />
profesionalización de la<br />
tropa y marinería. No es, por<br />
tanto, un balance nivelado del<br />
Nuevo Modelo de Fuerzas Armadas<br />
1 . Al contrario, he intentado<br />
resaltar los puntos que considero<br />
lastres o situaciones que<br />
incluso podríamos denominar<br />
de alarma social. Eso sí, con la<br />
sana intención de que los argumentos<br />
sean debatidos, matizados,<br />
corregidos y, por qué no,<br />
rectificados, pero, en cualquier<br />
caso, discutidos públicamente.<br />
La lectura de los documentos<br />
de intenciones que el Ministerio<br />
de Defensa ha ido ofreciendo a<br />
la opinión pública y los primeros<br />
pasos, cada vez más apresurados,<br />
hacia la profesionalización de los<br />
ejércitos han confirmado los peores<br />
vaticinios: se mantiene, o<br />
incluso empeora, la situación de<br />
la tropa y, una vez más, el único<br />
colectivo que tiene sus intereses<br />
perfectamente representados en<br />
el diseño de esta reforma es el<br />
que conforman los oficiales y jefes<br />
militares.<br />
En definitiva, la reforma del<br />
servicio militar no es lo que parece,<br />
ya que no estamos ante una<br />
profesionalización de la tropa,<br />
sino ante su seudoprofesionalización.<br />
De hecho, este diseño de<br />
la profesionalización ha puesto<br />
en marcha una figura laboral<br />
anacrónica, esto es, a contrapelo<br />
Nº 82 n CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA<br />
de la dinámica de progreso en<br />
los derechos laborales que se han<br />
conquistado en los últimos 20<br />
años. Por otra parte, el nuevo<br />
modelo da continuidad a una situación<br />
disciplinaria agotada y<br />
claramente deslegitimada social<br />
y jurídicamente. También vamos<br />
a ver que todo apunta a que este<br />
modelo conviene y beneficia<br />
principalmente a los intereses<br />
ideológicos y materiales de la élite<br />
burocrática militar.<br />
Finalmente, se esbozan algunas<br />
de las alternativas de reforma<br />
que este Nuevo Modelo de Fuerzas<br />
Armadas no ha considerado,<br />
entre otras cosas por qué en España<br />
no se ha realizado un debate<br />
social, político y económico<br />
sobre nuestras Fuerzas Armadas<br />
(FF AA). Conviene recordar que<br />
en unos pocos días de discusión<br />
a puerta cerrada entre el Partido<br />
Popular y Convergència i Unión<br />
el PP pasó de su apoyo a un modelo<br />
de ejército mixto (combinación<br />
de tropa profesional y<br />
servicio militar obligatorio) a<br />
uno totalmente profesionalizado<br />
2 . Además, y rozando la ciencia-ficción,<br />
se anunció un horizonte<br />
para llevar a cabo esta reforma<br />
de unos pocos años 3 .<br />
1. ¿Qué teníamos?:<br />
ciudadanos-siervos<br />
Antes de valorar la reforma que<br />
nos proponen, por cierto ya muy<br />
avanzada, es conveniente conocer<br />
cómo era la situación que se pre-<br />
SOCIOLOGÍA<br />
LA SEUDOPROFESIONALIZACIÓN<br />
DE LA TROPA<br />
1 Nuevo Modelo de Fuerzas Armadas,<br />
proyecto presentado por el Ministerio<br />
de Defensa al Congreso de los Diputados<br />
en el mes de diciembre de 1996.<br />
JUAN JOSÉ GARCÍA DE LA CRUZ<br />
2 Puede comprobarse la posición del<br />
Partido Popular en Rupérez (1992).<br />
3 Basta con comentar que la transformación<br />
de un servicio militar obligatorio<br />
a uno profesional iniciada en<br />
Estados Unidos en 1973 se considera en<br />
pleno proceso de reajuste 20 años más<br />
tarde, véase, Franklin (1992), pág. 45.<br />
tende cambiar; entre otras cosas,<br />
para saber en qué medida el nuevo<br />
modelo la mejora. Diversos<br />
investigadores coincidimos en<br />
una estimación muy negativa. El<br />
servicio militar obligatorio se había<br />
convertido en un proceso organizativo<br />
especializado en elaborar<br />
lo que aquí vamos a bautizar<br />
como “ciudadanos-siervos” 4<br />
(etiqueta que, como veremos,<br />
condensa perfectamente el principal<br />
logro de la mili hasta el día<br />
de hoy). Este diagnóstico tan rotundo<br />
nos obliga a preguntarnos<br />
¿qué ha conducido al servicio militar<br />
obligatorio a esta lamentable<br />
situación?<br />
Los principales desencadenantes<br />
del deterioro alcanzado<br />
por el servicio militar obligatorio<br />
son los tres siguientes: a) el fracaso<br />
de la organización militar<br />
en culminar el proceso de asimilación<br />
de los soldados de reemplazo;<br />
b) la bunkerización en una<br />
constelación de valores trasnochados,<br />
con frecuencia antidemocráticos<br />
5 , de la élite militar, y c) la<br />
centralidad que han tomado las<br />
sanciones de las faltas leves en la<br />
vida cotidiana de la tropa, generando<br />
una dinámica autoritaria<br />
que es la principal causa de esa figura<br />
que hemos designado como<br />
ciudadanos siervos.<br />
4 Véase esta coincidencia de diversos<br />
autores a lo largo de los últimos 14<br />
años: Pereda (1984), García de la Cruz<br />
(1987), Zulaika (1989), Oficina del Defensor<br />
del Soldado (1991), Rambla Marigot<br />
(1994) y García de la Cruz<br />
(1998b).<br />
5 Con esta apreciación, antidemocráticos,<br />
no me estoy refiriendo a los<br />
sectores golpistas, que considero absolutamente<br />
marginales y no representativos<br />
de las FF AA, sino a creencias que,<br />
como veremos, enmarcan el quehacer<br />
militar y chocan o cortocircuitan la forma<br />
de hacer democrática.<br />
A) El fracaso en la asimilación<br />
de la tropa. Ningún servicio militar<br />
es una excursión campera.<br />
Por tanto, ha de estar diseñado<br />
para cumplir el objetivo de integrar<br />
a los reclutas y hacer de ellos<br />
unos soldados útiles para la actividad<br />
militar de sus respectivas<br />
unidades; en otras palabras, lograr<br />
su asimilación e integración<br />
en la tarea militar.<br />
En los procesos de asimilación<br />
se pueden distinguir dos fases<br />
6 . En la primera se provoca<br />
una regresión psicológica que ha<br />
de generar inseguridad, un vacío<br />
y distanciamiento del entorno<br />
social que el recluta trae del<br />
exterior. En la segunda, la más<br />
importante, la organización que<br />
asimila ha de proporcionar un<br />
ambiente que permita gestar<br />
nuevos lazos afectivos a los soldados;<br />
eso sí, adaptados y coherentes<br />
con el entorno militar (su<br />
“nueva familia”). Pues bien, es<br />
esta última fase, la más difícil,<br />
pero también la más necesaria, la<br />
que ha sido estructuralmente<br />
abortada por la organización militar<br />
española, que no ha sabido<br />
facilitar a la tropa ese clima social<br />
y afectivo que permite culminar<br />
un proceso de asimilación.<br />
Las investigaciones realizadas<br />
sobre el servicio militar nos han<br />
mostrado 7 que la mayoría de los<br />
soldados han buscado por su<br />
6 Puede verse en qué consiste una<br />
auténtica asimilación en el mundo militar,<br />
en Dornbusch (1955); Hollingshead<br />
(1946) y Stouffer, Suchman, Devinney,<br />
STAR y Williams (1949).<br />
7 Hago referencia a los datos que<br />
empecé a recopilar en el año 1983. Labor<br />
que he continuado hasta el día de<br />
hoy, y que en la actualidad realizo en el<br />
seno del Grupo de Estudios sobre la<br />
Reforma de las Fuerzas Armadas, véase<br />
García de la Cruz (1998b).<br />
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