Portada Simposios - Supplements - Haematologica
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XLII Reunión Nacional de la AEHH y XVI Congreso de la SETH. Foros de debate<br />
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cias, el área de quirófanos, en la cual también hay varias<br />
especialidades que utilizan los mismos recursos.<br />
Es obvio que la extracción de muestras para análisis<br />
ha de realizarse en un solo tiempo; también es<br />
de sentido común que el transporte de las mismas<br />
hasta el/los laboratorio/s sea conjunto así como la<br />
recepción en un punto determinado, pero a partir de<br />
esa área de recepción de todas las muestras para<br />
análisis, es donde debe organizarse el “reparto” para<br />
que cada muestra, o mejor dicho, cada grupo de<br />
muestras vaya al servicio que corresponda, y será en<br />
ese Servicio donde le den el tratamiento adecuado<br />
a cada una de ellas, incluso repartiéndolas de nuevo<br />
en las diferentes secciones.<br />
También parece razonable compartir el sistema de<br />
información (sistema informático) y la forma de<br />
identificación de las muestras.<br />
También aporta algún beneficio el uso de un documento<br />
único de solicitud de pruebas analíticas en el<br />
que es aconsejable que estén delimitadas con claridad<br />
las solicitudes que corresponden a cada servicio:<br />
Este documento puede servir también para las solicitudes<br />
urgentes con tal de que en él estén claramente<br />
definidas las pruebas que pueden ser solicitadas a<br />
los diferentes laboratorios con carácter de urgencia.<br />
No ocurre lo mismo con el informe de resultados;<br />
éste no debe ser necesariamente único, sino que,<br />
aunque los recursos materiales (material informático)<br />
se utilicen de manera conjunta y coordinada,<br />
debe existir la posibilidad de emitir informes conjuntos<br />
o separados. En las pruebas analíticas básicas<br />
solicitadas rutinariamente y sin alteraciones, en un<br />
alto porcentaje de los casos (hematimetría y coagulación<br />
básicas y otras determinaciones de bioquímica)<br />
puede utilizarse un informe único, previa validación<br />
por los facultativos implicados. Pero en todos<br />
los demás casos, al menos en lo que corresponde al<br />
laboratorio de Hematología, el informe ha de ser<br />
diferenciado puesto que ningún especialista debe informar<br />
sobre aspectos de otra especialidad, y sobre<br />
todo un analista clínico, bioquímico, microbiólogo,<br />
no deben informar sobre el resultado de una prueba<br />
hematológica. Esto no impide que el informe sea<br />
impreso conjuntamente con los otros, en la misma<br />
impresora situada donde corresponda; no obstante<br />
es aconsejable que los resultados analíticos se<br />
“agrupen” en diferentes hojas, clasificados por secciones<br />
(hematimetría, coagulación, inmunología).<br />
También pueden ser compartidos algunos recursos<br />
humanos, concretamente el personal administrativo<br />
y el personal de enfermería que realiza las extracciones;<br />
el resto no es necesario, sino al contrario,<br />
porque la especialización del personal mejora la calidad<br />
del resultado.<br />
Responsabilidad del laboratorio<br />
de hematología<br />
La responsabilidad de la organización y funcionamiento<br />
del laboratorio de hematología ha de ser inexcusablemente<br />
de un hematólogo que pertenecerá al<br />
Servicio de Hematología y Hemoterapia, salvo en los<br />
grandes hospitales en los que el propio laboratorio<br />
de hematología tenga rango jerárquico de servicio, en<br />
cuyo caso se puede suponer que habrá varios médicos<br />
hematólogos trabajando en diferentes secciones<br />
y que alguno de ellos será el Jefe del Servicio.<br />
En cualquier caso, la responsabilidad última de<br />
toda la actividad que se realice en este laboratorio<br />
ha de ser de un hematólogo jefe del servicio que ha<br />
de tener el mismo rango jerárquico que cualquier<br />
otro jefe de servicio de otra especialidad. Este médico<br />
hematólogo no debe estar supeditado a un “jefe<br />
del servicio de laboratorio” que generalmente no es<br />
hematólogo sino que suele ser un especialista de<br />
Análisis Clínicos, y que en muchas ocasiones tampoco<br />
es médico. Esta afirmación no surge por animadversión<br />
ni antipatía hacia otros especialistas, sino<br />
solamente porque indudablemente el único profesional<br />
que recibe formación adecuada durante el período<br />
de aprendizaje es el médico hematólogo; es el<br />
único que tiene suficientes conocimientos para hacer<br />
las determinaciones adecuadas al paciente, incluso<br />
aquellas que puedan aportar un valor añadido<br />
y que no hayan sido solicitadas por el clínico, y especialmente<br />
si esta consideración se hace para “productos<br />
estrella”, es decir para determinaciones analíticas<br />
especializadas.<br />
El laboratorio no debe ser una fábrica que funciona<br />
a demanda, recibiendo peticiones y produciendo<br />
resultados; debe ser el servicio que da respuesta a las<br />
necesidades que solicite el clínico, en forma de informes<br />
elaborados por un interlocutor válido, un profesional<br />
con la formación suficiente para orientar al<br />
clínico en el diagnóstico de las enfermedades y con<br />
la posibilidad de participar en la elaboración de protocolos<br />
u otras guías de práctica clínica que permitan<br />
el uso adecuado de lo que puede ofrecer el laboratorio,<br />
e incluso de la gestión y uso eficaz y eficiente<br />
de los recursos de los que dispone.<br />
Criterios de gestión<br />
Actualmente hay una gran tendencia a la organización<br />
de laboratorios que integran varias especialidades<br />
(Bioquímica Clínica, Hematología y Hemoterapia,<br />
Microbiología y Parasitología, Inmunología y<br />
Anatomía Patológica) y sus correspondientes profesionales<br />
especialistas con diferentes titulaciones<br />
(Medicina, Farmacia, Ciencias Biológicas y Ciencias<br />
Químicas) creándose así “Áreas de Diagnóstico Biológico”<br />
que reciben esta denominación u otras parecidas<br />
y que se justifican casi exclusivamente aduciendo<br />
criterios de mejora en la gestión de los recursos;<br />
en muchos casos buscando una racionalización de<br />
los costes o también una reducción de los mismos, y<br />
esgrimiendo también siempre criterios de calidad.<br />
Estos aspectos son probablemente los que dan lugar<br />
a mayor diversidad de opiniones y de situaciones,<br />
encontrándose múltiples variantes.