Portada Simposios - Supplements - Haematologica
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76 <strong>Haematologica</strong> (ed. esp.), volumen 85, supl. 2, octubre 2000<br />
de la EICH, lo que puede redundar en otro perjuicio<br />
adicional, como es atenuar la reacción GVM del injerto<br />
y favorecer así la tolerancia del tumor, con su posible<br />
recaída y progresión subsiguiente.<br />
Cambio del esquema tradicional de los TPH.<br />
Utilización del QM y la tolerancia inmune<br />
como plataforma terapéutica<br />
El éxito de los TPH, globalmente considerados,<br />
depende de la superación de las barreras inmunológicas,<br />
mediadas por linfocitos T, que suponen las<br />
reacciones HVG, en siglas inglesas y la contraria ya<br />
mencionada, GVH. Para lograrlo, tradicionalmente<br />
se utilizan regímenes de acondicionamiento con altas<br />
dosis de inmuno y mielosupresores, que persiguen<br />
“hacer hueco” a la nueva hemopoyesis y reducir<br />
el riesgo del rechazo. Además se administran<br />
posTPH drogas inmunomoduladoras como la ciclosporina<br />
A (CSP) o el metotrexato o bien se eliminan<br />
los linfocitos T del inóculo (purga), para prevenir<br />
la reacción GVH y sus complicaciones o EICH<br />
(fig. 1A). En el esquema tradicional, ambos tipos<br />
de medidas, tienen riesgos y efectos tóxicos considerables,<br />
que elevan la mortalidad peritrasplante y<br />
restringen los potenciales candidatos a un TPH.<br />
Hay observaciones más o menos recientes, que<br />
han hecho variar los planteamientos básicos del<br />
TPH, sus aplicaciones terapéuticas y hasta los posibles<br />
candidatos a beneficiarse de él.<br />
En primer lugar, mencionar que el logro de QM<br />
hemopoyético estable, tras los TPH, ha sido utilizado<br />
en modelos animales, como estrategia para inducir<br />
una tolerancia inmune a los injertos de piel y<br />
órganos sólidos procedentes del donante 15,16 . La tolerancia<br />
presumiblemente se deba a la eliminación<br />
en el timo de los clones de linfocitos T reactivos a los<br />
antígenos, tanto del donante como del receptor y a<br />
la supervivencia en el receptor de las células presentadoras<br />
de antígenos funcionantes. Sin embargo la<br />
toxicidad de los acondicionamientos al TPH hacía<br />
poco útil, en la práctica clínica de trasplante de órgano<br />
sólido, esta forma de inducción de tolerancia.<br />
En segundo lugar, más recientemente, se ha observado<br />
que el QM hemopoyético puede inducirse<br />
con acondicionamientos inmunodepresores no mieloablativos,<br />
tanto en modelos animales 16,17,18 como<br />
en pacientes con neoplasias y enfermedades congénitas<br />
hematológicas, cuando reciben un TPH de un<br />
donante HLA idéntico 1,5,6 e incluso recibiéndolo de<br />
donantes parcialmente idénticos 7,19 .<br />
En tercer lugar, la administración retardada, varias<br />
semanas después del TPH, de ILD sin irradiar y sin<br />
profilaxis del EICH, pueden convertir el QM de los<br />
pacientes trasplantados, en QC sin desarrollar grados<br />
de EICH intolerables, merced al potente efecto<br />
GVH de los linfocitos T maduros presentes en las<br />
ILD 6,7,9 que eliminan la hemopoyesis residual del receptor,<br />
“haciendo hueco” de forma tan o más eficaz<br />
que las dosis supraletales de quimiorradioterapia<br />
tradicionales. En los TPH atenuados, el QM logrado<br />
inicialmente puede ser suficiente desde un<br />
punto de vista terapéutico, en ciertas enfermedades<br />
congénitas como la talasemia o las inmunodeficiencias<br />
1,8 . El efecto GVM que acompaña al QM se puede<br />
incrementar si es preciso, con el uso de ILD retardadas<br />
y el logro de QC 1,6,7,9 , lo cual no tiene que<br />
acompañarse forzosamente de EICH, en particular<br />
si el número de linfocitos T infundidos es bajo o se<br />
efectúan muy retardadas tras el TPH inicial 11,12,13 .<br />
Sin embargo, el EICH sigue siendo un importante<br />
efecto adverso a considerar en los TPH atenuados.<br />
En cuarto lugar, parece cada vez más evidente en<br />
la última década, que los acondicionamientos supraletales<br />
preTPH no eliminan la última célula tumoral,<br />
a expensas de una gran toxicidad. Sin embargo<br />
las reacciones inmunológicas GVH y GVM, mediadas<br />
por los linfocitos T8 principalmente y T4<br />
alogénicos, presentes en el QM/QC logrado posTPH<br />
o tras las ILD retardadas, abren nuevas expectativas<br />
en la prevención y el tratamiento de las recaídas neoplasias<br />
1,10-12,20,21 .<br />
Por último señalar que la medicación inmunomoduladora<br />
administrada pre y posTPH, puede tener<br />
no sólo una función preventiva de la reacción GVH<br />
y del EICH, sino también de la reacción HVG, facilitando<br />
el prendimiento, en particular tras los TPH<br />
submieloablativos. El grupo de Seattle, combinando<br />
mofetil micofenolato (MMF) con el régimen habitual<br />
de CSP, tras la administración de 200 cGy como<br />
acondicionamiento 1,8 o añadiendo el péptido de fusión<br />
CTLA4-Ig, que bloquea la estimulación de los<br />
linfocitos T a través de la vía B7-CD28 22 , antes del<br />
acondicionamiento con 100 cGy 23 ha demostrado la<br />
obtención de prendimiento y QM. Eventualmente<br />
la adecuada inmunomodulación en el receptor del<br />
HVG, podría obviar la necesidad incluso del acondicionamiento,<br />
como es el caso, ya publicado, de<br />
2 pacientes con inmunodeficiencia severa de linfocitos<br />
T a los que se les administró exclusivamente<br />
MMF y CSP, tras el inóculo alogénico HLA idéntico,<br />
sin ningún acondicionamiento previo, y ambos pacientes<br />
mostraron una adecuada y temprana reconstitución<br />
inmune y QM de predominio del donante<br />
1 .<br />
Quimerismo mixto hemopoyético (QM):<br />
del laboratorio a la clínica<br />
El término QM, de forma general, se refiere a la coexistencia<br />
en un individuo de tejido hemopoyético<br />
procedente de dos sujetos genéticamente diferentes.<br />
Dicho de otra forma, la coexistencia en un paciente<br />
receptor de un TPH, de linfohemopoyesis residual del<br />
receptor y del donante en proporciones variables,<br />
que oscilan aproximadamente entre un 2 y un 98 %.<br />
Las estrategias seguidas para lograr un QM estable,<br />
se fundamentan en una extensa experimentación<br />
animal, utilizando muy diversos regímenes preTPH,<br />
algunos marcadamente submieloablativos. Los estu-