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aplican simultáneamente? ¿Existen parejas de soluciones<br />
que perrnitirían a las feministas y a los antirracistas evadir,<br />
si no eliminar del todo, el dilema redistribución-reconocimiento?<br />
Consideremos, en primer lugar, el caso del género 39 . Recuérdese<br />
que para reparar las injusticias de género se requieren<br />
cambios tanto en la economía política <strong>com</strong>o en la<br />
cultura, que permitan romper el círculo vicioso de la subordinación<br />
económica y cultural. Como vimos, los cambios en<br />
cuestión pueden adoptar una de dos formas, la afirmación o<br />
la transformación. Dejando de lado los casos que a primera<br />
vista resultan poco prometedores, consideremos, primero, el<br />
caso prima facie prometedor en el que se <strong>com</strong>binan la redistribución<br />
afirmativa y el reconocimiento afirmativo 40 . Como<br />
lo sugiere su nombre, la redistribución afirmativa dirigida a<br />
39 Recordemos que el género, en tanto diferenciación politicoeconómica, estructura<br />
la división del trabajo de maneras que dan lugar a formas de explotación,<br />
marginación y pobreza, específicas de género. Recordemos, además, que en<br />
tanto diferenciación cultural-valorativa, el género también estructura las relaciones<br />
de reconocimiento de maneras que dan lugar al androcenlrismo y el<br />
sexismo cultural. Recordemos también que en el caso del género, al igual que<br />
en el de todas las diferenciaciones de colectividades bivalentes, las injusticias<br />
político-económicas y las cultural-valorativas no están claramente separadas;<br />
por el contrario, se entrelazan para reforzarse dialécticamente las unas a las<br />
otras, pues las normas androcéntricas y sexistas se encuentran institucionalizadas<br />
en la economía, y las desventajas económicas impiden la igual participación<br />
en la elaboración de la cultura, tanto en la vida cotidiana <strong>com</strong>o en las<br />
esferas públicas.<br />
40 Respecto a los casos poco prometedores, permítaseme sencillamente estipular<br />
que la política de reconocimiento del feminismo cultural, dirigida a la revaluación<br />
de la feminidad, es difícil de <strong>com</strong>binar con la política redistributiva del<br />
feminismo socialista, dirigida a eliminar el factor del género de la economía<br />
política. Esta in<strong>com</strong>patibilidad se descubre cuando consideramos <strong>com</strong>o objetivo<br />
del feminismo, a largo plazo, el reconocimiento de la 'diferencia de las<br />
mujeres'. Desde luego, algunas feministas conciben la lucha por el reconocimiento,<br />
no <strong>com</strong>o un fin en si mismo, sino <strong>com</strong>o una etapa en el proceso que<br />
piensan que eventualmente llevaría a la eliminación del género <strong>com</strong>o factor de<br />
diferenciación. Aquí, tal vez, no habría una contradicción formal con el socialismo.<br />
Sin embargo, al mismo tiempo, se mantiene una contradicción práctica<br />
o, al menos, una dificultad práctica: ¿es realmente posible que al reforzar la<br />
diferencia de la mujer aquí y aliona pueda llegarse a disolver la diferencia de<br />
género en el futuro? El argumento contrario es válido para el otro caso poco<br />
prometedor, el del Estado liberal rjenefactor-feminista sumado al feminismo<br />
deconstructivo. La acción afirmativa a favor de las mujeres frecuentemente se<br />
considera a menudo <strong>com</strong>o una solución transitoria dirigida a lograr en el<br />
largo plazo una 'sociedad ciega al sexo' [sex-blind societyi. Aquí, de nuevo, tal<br />
vez no se dé una contradicción formal con la deconstrucción. No obstante, se<br />
mantiene una contradicción práctica o, al menos, una dificultad práctica:<br />
¿puede realmente la acción afirmativa feminista liberal del aquí y ahora, contribuir<br />
a la deconstrucción en el futuro?<br />
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