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Revista Quid 58

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los colegas y maestros de las áreas rurales –escribió Favaloro a propósito de la buena recepción<br />

que tuvo este dedicado a su gestión en La Pampa–. Todos coincidieron en que se vieron<br />

representados, quizá porque transitaron y transitan los mismos caminos que me tocó recorrer.<br />

Mi objetivo no es presentar la simple descripción de hechos anecdóticos sino, a través<br />

de ellos, mostrar las condiciones socioeconómicas del interior. Ranchos miserables y villas<br />

miseria se ven por doquier, pobres escuelitas rurales más destartaladas que nunca están, si se<br />

las quiere ver, con maestros que siguen recibiendo salarios alejados de la realidad. A pesar de<br />

la abundancia de médicos carecemos de una medicina organizada. ¿Tendremos capacidad de<br />

reaccionar? Es necesario insistir una vez más que si no estamos dispuestos a comprometernos,<br />

a luchar por los cambios estructurales que nuestro país y toda Latinoamérica demandan<br />

(principalmente en educación y salud) seguiremos siendo testigos de esta sociedad injusta<br />

donde parece que el tener y el poder son las aspiraciones máximas. Espero que esta edición<br />

contribuya no solamente a conocer la actividad de los médicos rurales, sino también que sirva<br />

para despertarnos del letargo en que transcurren nuestros días”.<br />

Durante la última etapa de su vida, Favaloro recordó cada vez con más frecuencia los años<br />

del campo, cuando todo era diferente. Lo que veía en la Argentina de Carlos Menem no<br />

le gustaba, pero prefería no criticar en público al ex presidente, de quien repudió políticas y<br />

resultados con bastante detalle, aunque en varias oportunidades lo catalogara como “un amigo<br />

de muchos años”. Tenía una mirada moral sobre la mentada frivolidad de la era menemista,<br />

y también económica: “Hablo mal de los jóvenes que no se comprometen ni individual, ni<br />

familiar, ni socialmente. De los que hablan de libertad y de justicia, pero sólo dicen palabras.<br />

No hacen. De los que cantan solidaridad en los recitales y al día siguiente no van a una villa<br />

miseria a ayudar o a enseñar. (…) Reina el individualismo y ellos reciben el mensaje del<br />

tener y del poder como valores supremos. Sólo importa el consumo”. “Esta democracia y esta<br />

estabilidad –dijo al promediar la década del 90– costaron mucho y ni el más croto puede estar<br />

en contra. Pero si a esto no se le agrega un plan profundo de reactivación con justicia social, el<br />

futuro es un gran interrogante. Entonces saquemos una ley para que se termine con esto de<br />

que pasamos de 90.000 autos a 380.000... y todos importados. Se habla de libre cambio y de<br />

libertad para importar todo como si eso fuera la gloria. ¿Y la industria nacional?”.<br />

A toda esta debacle, el hombre que a los 65 años juró estar harto de los homenajes, el mismo<br />

que llegó al New York Times como figura máxima de la ciencia, contraponía sus primeros<br />

años de carrera: “A veces nos preguntábamos cuáles eran las razones del éxito. A mi entender<br />

todo se debía a la capacitación profesional y humanística que nos había dado la universidad y<br />

el Hospital Policlínico de La Plata, merced a la cual, podíamos dedicarnos con abnegación y<br />

amor a nuestra tarea de médicos a la que entregábamos todos nuestros esfuerzos. Entendíamos<br />

–porque lo llevábamos en el alma– que el acto médico debe estar rodeado de dignidad,<br />

caridad, igualdad, piedad, sacrificio, abnegación y renunciamiento. Y por sobre todas las cosas<br />

habíamos procedido con honestidad (…). Estoy seguro, por otra parte, de que ese ha sido y<br />

sigue siendo el derrotero por donde transita la inmensa mayoría de los médicos rurales de<br />

mi país. Buscábamos obtener un sustento económico, pero lo hacíamos cobrando lo justo, de<br />

Izq. arriba. Boda de Juan Bautista y<br />

de Ida Raffaelli, los padres de René.<br />

Juan Bautista era ebanista; Ida,<br />

modista.<br />

Izq. abajo. Con su esposa, María<br />

Antonia.<br />

Der. María Antonia Delgado de Favaloro,<br />

Juan Bautista Favaloro, Ida Raffaelli<br />

de Favaloro y René Favaloro.

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