Revista Quid 58

de dibujar y, muchas veces, no soy muy flexible. Ahora estoy
trabajando en Miles, un nuevo largometraje animado para un
público más animado. Aquí tuve que hacer el teaser y dibujar
mucho. Me interesó porque es algo en lo que no estoy muy
cómoda. Y además como es un trabajo en equipo siempre
surgen ideas nuevas.
−En Argentina es muy famoso el libro Princesas olvidadas
o desconocidas. ¿Marcó algo este libro en su carrera?
Durante años pude publicar tres, cuatro libros por año pero es
demasiado. Recién en el 2003 con Enamorados encontré mi
técnica. Ese libro marcó un antes y un después. Pero a mí me
tomó tiempo sentirme cómoda con mi técnica y con mi oficio.
Pasé cinco años ilustrando hasta poder decir que era ilustradora.
Y ahí Princesas olvidadas o desconocidas marcó una etapa
fundamental a nivel editorial y de éxito. Fue un libro que se
tradujo a treinta idiomas.
−¿Cómo es un día de su rutina laboral? No me gustan mucho
las vacaciones pero me las tomo. Y tengo mucha disciplina.
Trabajo todo el día porque siempre el tiempo es contado.
Uno siempre está atrasado. Así que la urgencia es mi motor
pero amo mi trabajo y como lo hago desde casa puedo trabajar
en pijama. Y por eso, no distingo entre los fines de semana, la
semana o las vacaciones.
−Muchos de sus libros pueden ser considerados para
el público adulto aunque las historias sean para niños.
¿Considera que hay un límite? No tengo forma de separar
el público adulto del infantil. Para mí no hay un límite claro,
hay una continuidad. En este sentido, soy un poco egoísta
porque ilustro para mí y hago lo que me gusta hacer. Además,
los niños al estar más relajados son más libres para recibir una
imagen. Por eso, hago lo que me sale, lo que me gusta y parto
de la filosofía de mantener la máxima libertad