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Revista Quid 58

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Historia<br />

y política<br />

LAS IDEOLOGÍAS DE LA<br />

TEORÍA<br />

Fredric Jameson<br />

Eterna Cadencia<br />

Este monumental trabajo del teórico y<br />

crítico literario Frederic Jameson, uno<br />

de los más notables pensadores contemporáneos,<br />

pone el foco en una cuestión<br />

necesaria: el concepto de ideología. El<br />

autor plantea que no se trata de una idea<br />

cerrada sino de una problemática sujeta<br />

a cambios y, como él señala, “trastornos<br />

históricos”. La principal preocupación de<br />

Jameson en este libro es demostrar que<br />

lejos de desaparecer la ideología, como<br />

se viene pronosticando desde los 90 y<br />

afirmando desde hace no menos de diez<br />

años, está absolutamente viva y, lógicamente,<br />

lo impregna todo. Esa ideología<br />

dominante en el presente es denominada<br />

por el profesor de la Universidad de Duke<br />

como “la razón cínica” a la que aún se le<br />

opone la utopía. Es muy interesante su visión<br />

sobre la atemporalidad que se intenta<br />

instalar desde los medios hegemónicos de<br />

comunicación, una reducción al presente<br />

que nos limita prácticamente a nuestro<br />

propio cuerpo lo que explicaría esta evidente<br />

proliferación de teorías del cuerpo y<br />

la exaltación del mismo como única forma<br />

de materialismo que buscan replicar y<br />

justificar el orden socioeconómico vigente,<br />

DE IDEOLOGÍAS Y<br />

PARTIDOS<br />

POR Felipe Pigna<br />

lo que el autor llama un orden nominalista<br />

que persigue la reducción histórica de la<br />

experiencia existencial. En esa línea lo<br />

que el autor llama la “pornografía de la<br />

violencia” que se impone en los noticieros<br />

televisivos y en los medios gráficos, opera<br />

en ese mismo sentido como reducción al<br />

presente y al cuerpo. No es una cuestión<br />

moral sino ideológica. Pero los seres<br />

humanos no pueden volver a la inmediatez<br />

del reino animal. Dice Jameson: “Hay<br />

una resistencia a esta presión, que dudo<br />

en llamar ‘natural’ por razones políticas<br />

y filosóficas, porque la identificación de<br />

una tendencia tal y la organización de la<br />

resistencia no son cuestiones que deban<br />

ser encomendadas a ninguna confianza en<br />

los reflejos humanistas”. El libro recorre<br />

tópicos tan interesantes como necesarios<br />

como la crítica en la Historia, arquitectura<br />

y crítica de la ideología, la ciudad futura<br />

y el fin de la temporalidad. Un ensayo<br />

altamente recomendable.<br />

LABORISMO, EL PARTIDO<br />

DE LOS TRABAJADORES<br />

Santiago Senén González<br />

Capital Intelectual<br />

El historiador especializado en sindicalismo<br />

y movimiento obrero Santiago<br />

Senén González, pone el foco en un<br />

momento decisivo de la evolución de la<br />

historia de los trabajadores argentinos: el<br />

origen del peronismo y el surgimiento del<br />

primer partido de representante de los<br />

intereses de los trabajadores de origen no<br />

marxista o socialista en Argentina, el Partido<br />

Laborista surgido al calor del 17 de octubre<br />

de 1945 e impulsado por los gremios<br />

gestores y protagonistas de aquella jornada<br />

histórica. El primer paso se dio el 24 de<br />

octubre de 1945, cuando unos cincuenta<br />

sindicatos que habían apoyado decididamente<br />

a Perón fundaron el Partido<br />

Laborista (PL), inspirado en su homónimo<br />

inglés que por aquellos años gobernaba<br />

Gran Bretaña. La conducción del PL quedó<br />

constituida con el dirigente telefónico<br />

Luis Gay como presidente y Cipriano<br />

Reyes como vice. En uno de los primeros<br />

comunicados públicos, el partido dio<br />

a conocer su apoyo a la candidatura de<br />

Perón y esbozó un programa de gobierno<br />

que incluía la economía planificada, el voto<br />

femenino, el pleno empleo, la reforma<br />

agraria, la distribución equitativa de la<br />

riqueza, el fomento activo a la industrialización,<br />

la nacionalización de los servicios<br />

públicos y las riquezas naturales. Buscó<br />

desmarcarse y no quedar pegado a un<br />

discurso y una plataforma obrerista, que<br />

decía en su declaración de principios: “En<br />

ningún caso se aceptará el ingreso como<br />

afiliado al Partido Laborista de personas<br />

de ideas reaccionarias o totalitarias, ni de<br />

integrantes de la oligarquía”.<br />

Conociendo la potencialidad del apoyo sindical,<br />

pero también comprendiendo que<br />

era insuficiente, porque la mayoría de los<br />

cuadros del nuevo partido eran dirigentes<br />

gremiales sin experiencia en la política<br />

partidaria, Perón decidió entregarle el segundo<br />

término de la fórmula presidencial<br />

al viejo militante radical y ex ministro del<br />

Interior de Farrell, Hortensio Quijano.<br />

Un libro necesario e interesante<br />

OTROS RECOMENDADOS<br />

Las mil y una curiosidades de Buenos Aires, de<br />

Diego Zigioto.<br />

Aldo Ferrer y sus días, de Marcelo Rougier.<br />

Mujeres invisibles. Remoto Atlántico sur. 1982,<br />

de Alicia Panero.<br />

La dictadura del capital financiero, de Bruno<br />

Napoli, M. Celeste Perosino y Walter Bosisio.<br />

La nueva izquierda argentina (1955-1976)<br />

Socialismo, peronismo y revolución, de María<br />

Cristina Tortti.<br />

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