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Nº 125 - Cosas que me gustan

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Todo es Historia <strong>125</strong>Realidad y literatura del NoventaJulián Martel y la Bolsahombres preparados para determinadosempleos, por<strong>que</strong> enla Bolsa corredores y clientesganan más y con más facilidad."Las novelas se hacen eco de laspalabras del presidente: DiceMartel: ··iNegocio redondo!-exclamó el Don Juan-. Eran3.500 acciones compradas a 267y las hemos vendido a 315, ycomo agrega Villafañe: "No yaen la Bolsa sola<strong>me</strong>nte; en las calles,en los tramways, en las oficinas,en el interior del Hogar,no se oía hablar de otra cosa <strong>que</strong>de remates y transacciones, decasas y terrenos, de edificaciones<strong>que</strong> se llevan a cabo, de lasrentas <strong>que</strong> las casas producían,del precio del oro y del valor delas cédulas." Toda esta especulacióntiene aspectos aún másinnobles como los <strong>que</strong> detallaMartel:·· ... compra los títulos o eloro, O lO <strong>que</strong> usted le mandecom prar; pero si resu Ita <strong>que</strong> sePariente pobre de una familia de gran predica<strong>me</strong>nto en la época, losMiró, Julián Martel, seudónimo de José Maria Miró, había nacido el 2 dejunio de 1867 y vivia con su madre Justina Barros y una hermana pe<strong>que</strong>ñade las cuales era el único sostén. Romántico empedernido, como lo prueba'In <strong>me</strong>moriam, libro de poemas publicado póstuma<strong>me</strong>nte en 1897, reaccionabrusca<strong>me</strong>nte frente a la crisis. Es posible <strong>que</strong> el joven periodista en1888 se había empleado en el diario La Nación como cronista volantehayaestado en <strong>me</strong>jores condiciones <strong>que</strong> otros para divisar el desastre. Sinembargo, al testimoniar la realidad exhibe notorias limitaciones. En efecto,en el desarrollo del folletin <strong>que</strong> publicara La Nación entre el 24 de agosto yel 4 de octubre de 1891 se muestra profunda<strong>me</strong>nte SUbjetivo, realiza unadescripCión emocional de la crisis, mostrando a la Bolsa -en la cual sedice <strong>que</strong> tentó suerte con mal resultado- como a una de las principalesculpables de la decadencia. Ataca al "oro corruptor", denuncia los negociadosde tierras, los juegos de azar, la extorsión, la adulteración de<strong>me</strong>rcaderias, el plagio, la corrupción de funcionarios públicos, el soborno,la estafa púb.ca, y se rebela contra la falta de nacionalismo.El autor percibe bastante bien los efectos, lo <strong>que</strong> "se ve", lo exterior,pero no profundiza, no es capaz de desentrañar las causas de la situación<strong>que</strong> vive el país, se le escapa ·'10 invisible". Como buen romántico se. refugia en la "Edad de Oro", en el pasado in<strong>me</strong>diato, <strong>que</strong> no vivió pero <strong>que</strong>añora con profunda <strong>me</strong>lancolía. Hasta en la belleza de las mujeres adviertedecadencia: "Allí podia apreciarse la variedad de tipos en <strong>que</strong> el cosmopolitismoavasallador ha descompuesto a la mujer argentina, quitándolea<strong>que</strong>l sello andaluz y picante <strong>que</strong> conservaba una preciosa herencia de lasangre española ... ".Es indudable <strong>que</strong> el romanticismo signa las páginas de La Bolsa, ya <strong>que</strong>el idealismo, al culto del héroe -en este caso los dos protagonistas, Glow yErnesto Lillo- a la subjetividad del autor -<strong>que</strong> interviene constante<strong>me</strong>nteacotando y juzgando a la acción y a sus personajes-, a la añoranza de la·'Edad de Oro", se le agregan el odio a la realidad <strong>que</strong> le tocó vivir, unmarcado irracionalismo, el culto de los sentimientos y un ostensiblepesimismo.Si Martel-<strong>que</strong> murió tlsico en Buenos Aires el9 de diciembre de 1896-es el <strong>me</strong>jor exponente de la época, desde el punto de vista de la novelatestimonial, es posible <strong>que</strong> cumpla a la perfección su papel de mostrar laslimitaCiones de los escritores del 90 para comprender la realidad.54produce una suba favorable ( ... )se los guarda para sí, y despuésde embucharse la diferencia,producto de su estafa, se presentaa usted, y ( ... ) le dice: iAh,doctor! discúlpe<strong>me</strong>; pero iquéquiere! no <strong>me</strong> atreví a comprarlelos títulos <strong>que</strong> <strong>me</strong> ordenó, por<strong>que</strong><strong>me</strong> pareció <strong>que</strong> iban a bajar... ·' Estos negociados , .... sehacen de mil maneras diferentes,y ha llegado a suceder hasta<strong>que</strong> se alteren las anotacionesde las pizarras ( ... ) también sucede<strong>que</strong> a veces se ponen variosde acuerdo para hacer subirO bajar, como les convenga, elprecio de las acciones o del oro,fingiendo hacer operaciones aprecios <strong>que</strong> estén en el orden desus conveniencias.··La decadencia moralFinal<strong>me</strong>nte vale la pena reiterarla cita de Carlos Ibargurencon la <strong>que</strong> se abría esta nota:"La sociedad porteña, con elcaudal falaz de la ri<strong>que</strong>za improvisada<strong>que</strong> irrumpía, agotaba enla opulencia los goces sensualesde la vida". Ibarguren señalacon precisión <strong>que</strong>, inevitable<strong>me</strong>nte,el lujo trae aparejada ladecadencia moral. Esta corrupciónse manifiesta con toda sucrudeza en ocasión del '·crac"económico. La literatura lo reflejaaguda<strong>me</strong>nte: Ocantos describeen Quilito la actitud ·'farolera":..... el pobre muchachotropezaba (con) un sintoma másde la vida artificial, <strong>que</strong> su malaeducación y las pretendidasexigencias sociales le obligabana llevar. Para ir a Palermo se necesitabacoche de lujo y parahacer la corte a una muchachahigh-life concurrir a teatros y abailes; Quilito era potire, pero éliba en coche de lujo y se mostrabaen palco todas las noches."Si bien el personaje de lanovela de Ocantos representa aun sector social arribista y falsa<strong>me</strong>nteilusionado -por lotanto, digno de lástima- Martelva a pintar con gruesos trazos auno de los usufructuarios de lacrisis: el tortuoso Granulillo. Déincierto pasado, ., ... abogado porfórmula, periodista por cálculo,

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