Derechos humanos y el campo mexicano - codhem

Doctrinapolíticas, mitigando sus consecuencias sociales a costa de la sobre-explotación y ladesintegración familiares. * El México rural que subsisteEl México que para el modelo no debía existir, pese a todo, subsiste. Sin exagerar, seniega a morir, resiste el desahucio. Como dice Víctor Suárez, "...es necesario reconocerque las cosas podrían marchar peor de no ser por los campesinos y su eficaz sistema deproducción y reproducción de milagros agropecuarios... (tenemos) la terca realidad de uncampo que todavía produce las cuatro quintas partes del consumo nacional aparente dealimentos básicos, que proporciona empleo a un tercio de la PEA del país; que provee aseis millones de familias rurales del mínimo indispensable para sobrevivir por sí mismos,que sus agro-recursos naturales todavía son renovables -a pesar de las tecnologíasmodernas, las exigencias depredadoras del mercado y la sobrepoblación; que mantieneny reproducen una identidad y cultura propias no obstante sucesivos y continuadosesfuerzos de supresión e incorporación al progreso nacional; que aún hay estabilidad envastas zonas rurales, etcétera, etcétera; entonces debemos reconocer y asumir conhumildad el carácter milagroso del campesino y el campo mexicanos". **Ello transcurre, sin embargo, en un contexto donde los niveles de conflicto social y político,la inestabilidad y la violencia están creciendo de manera dramática en el campo mexicano.El proceso de ajuste estructural ha significado, en los niveles locales y regionales, unarecomposición de las estructuras de poder a partir de la destrucción de las redes deintermediación, negociación y representación que, con todos sus defectos (especialmenteel corporativismo), habían funcionado y dado relativa estabilidad al campo. El abandonode las agencias gubernamentales produjo vacíos institucionales que son, en realidadvacíos de poder, y que han venido siendo ocupados primordialmente por viejos y nuevoscacicazgos y, en muchas regiones, por el narcotráfico. Mientras tanto, las organizacionescampesinas, tanto las tradicionales como las surgidas al calor de la crisis rural, han perdidofuerza y no tienen lugar ni en el modelo económico adoptado, ni en las decisionescruciales. ***La situación se ha venido manteniendo en un límite precario, el que impone la contenciónde los efectos del ajuste estructural en el agro. Mientras se logra la modernización agrícola,el Estado se encarga de administrar los recursos necesarios para mantener el control y laestabilidad políticas en el campo mexicano, a través de subsidios que mitigan las carenciasbásicas de la población en situación marginal (PROCAMPO, Solidaridad, etc.). Ellosignifica, en pocas palabras, que ya no se trata de erradicar la pobreza, sino de contenerlay regularla, de administrarla permitiendo incluso la participación limitada y controlada de* Datos citados por Rosario Robles, El ajuste invisible.** Víctor Suárez. Por un marco de certidumbre para la agricultura mexicana.*** A este respecto merece consultarse el trabajo de Luis Hernández Navarro, Redes campesinas, ONG’s e institucionesacadémicas. La necesidad de una nueva articulación entre los actores del medio rural.160