86Trayectorias sociales juvenilesPasemos ahora a la IV Encuesta, que se aplicó el año 2003: eseaño la cohorte tenía entre 22 y 26 años. 2 Al llegar a este momentosigue reduciéndose la población que estaba estudiandohasta convertirse en tendencia generalizada. En el lapso de estostres años la proporción de casos que no estaba estudiandoaumentó del 61% al 73,2%. Sin embargo, la intensidad delcambio es diferente en cada segmento socioeconómico. En losdos segmentos extremos, tanto en el AB como en el E, la tasa decrecimiento del número de casos que no estaba estudiando fuemuy significativa: en el primero aumentó de un 19,1% a un55,4%, mientras que en el E había pasado del 54,7% al 93,1%,lo que representaba a casi toda la población entre 22 y 26 añosde este segmento. En el caso del segmento C la variación esmucho menos intensa —pasó del 56,2% al 61,6%—, mientrasque el caso del segmento D es el único en que se dio la tendenciacontraria: en vez de aumentar, la población que no estudiabahabía bajado un 2%, aunque esto estaba lejos de evitar que elhecho de no estudiar siguiera siendo la situación más frecuente:representaba al 80,8% de su población.Si consideramos solamente a quienes estaban efectivamenteestudiando y los comparamos con la misma situación tresaños antes, podemos ver las tendencias que se daban en cadatipo de estudios. Al comparar los datos de ambas mediciones seobserva que el patrón de distribución por tipo de estudios tiendea mantenerse. Los universitarios siguen siendo mayoritarios,y sigue habiendo una clara segmentación socioeconómica afavor del segmento de más altos recursos. Pero hay un dato2 El modo en que se construyeron las categorías para ver el tipo de estudiosque estaban cursando en la IV Encuesta complica un poco el análisisporque los diferentes tipos de estudios superiores los dicotomizaen completos e incompletos, ignorando que si se «está estudiando» es precisamenteporque los estudios no se habían completado. Por lo mismollama la atención que hayan casos que estaban estudiando y que digan,por ejemplo, que estudiaban «estudios universitarios completos». Parasalvar la inconsistencia, recodificamos las categorías de esa pregunta ylas asimilamos a las que tenía la III Encuesta, que son más apropiadas.
Elementos para reconstruir trayectorias 87interesante y es que mientras entre los jóvenes de los segmentosC, D, y también del E aumenta la proporción de universitarios,en el AB disminuye, seguramente porque su mayor gradode continuidad entre la secundaria y la universidad hacía queen ese entonces ya estuvieran cerrando sus estudios de pregrado.Sin ir más lejos, entre ese 90% de jóvenes del segmento ABque estaba estudiando en la universidad, más del 10% ya seencontraba realizando estudios de postgrado. Lo importante esque este aumento de universitarios en los segmentos C y D,aunque en términos porcentuales pueda no ser tan significativo,muestran que para los jóvenes de estos sectores el ingreso alos estudios universitarios tiende a ser más tardío que en lossectores de mayores recursos.Cuadro 2Comparación del tipo de estudio por nivel socioeconómicoSerie 2000-2003Tipo de estudiosNivel Socioeconómico Totalactuales AB C D EEscolares2000 0,3 17,0 44,8 85,7 19,32003 0,1 7,8 31,4 52,5 15,1Centro Formación2000 0,0 3,7 3,2 0,0 3,3Técnica 2003 1,5 5,2 9,1 6,5 5,9Instituto 2000 6,6 16,6 18,8 0,0 15,8Profesional 2003 8,3 18,4 22,2 10,5 18,1Universidad 2000 93,1 62,2 33,2 10,0 61,12003 90,0 68,6 37,3 30,4 60,8Fuente: Elaboración propia con base a datos III y IV Encuesta Nacional deJuventud (INJUV; 2000, 2003).Lo otro que podemos notar es que los estudios escolares habíandejado de secundar a los universitarios. En efecto, para el año2003 el segundo tipo de estudios en importancia eran los impartidospor Institutos Profesionales, particularmente en lossegmentos C y D. Sin embargo, y este es un factor de diferen-