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CAPÍTULO 7. Preservar los ecosistemas que sustentan la vida | 127<br />
del proceso urbanizador y de ocupación del suelo 239 ; 2) la mitigación y adaptación<br />
al cambio climático 240 ; 3) la corrección de la sobreexplotación de los<br />
ecosistemas y sus servicios ambientales 241 ; 4) el reforzamiento de la legislación<br />
y las regulaciones para reducir la contaminación y las alteraciones en los ciclos<br />
biogeoquímicos 242 ; 5) las iniciativas para enfrentar la expansión de las especies<br />
invasoras 243 ; y 6) multiplicar los medidas para reducir los incendios 244 .<br />
En la figura 7.F se apuntan los potenciales efectos inducidos por el cambio climático<br />
a través de la “distancia climática” entre las condiciones presentes y del futuro<br />
evaluadas en distintos espacios protegidos del país. Como refleja dicha figura, esa<br />
distancia aumenta de forma muy especial en las mitades sur y este peninsulares.<br />
239. Siendo la ocupación del suelo, principalmente en el litoral y los entornos urbanos de<br />
las principales ciudades, uno de los principales factores responsables del deterioro ecológico,<br />
parece imprescindible establecer políticas territoriales y urbanísticas de contención (desclasificación/protección<br />
de suelo no urbanizado, moratorias al crecimiento y modelos urbanos<br />
compactos) y de adaptación integrada a las características del medio natural y rural en cada<br />
ámbito regional.<br />
240. Los territorios de la península Ibérica, especialmente sus ecosistemas de montaña, de<br />
litoral y los más áridos, se verán cada día más afectados por una crisis climática que se agudizará<br />
peligrosamente en el futuro. La transformación de la dimensión y del metabolismo<br />
del sistema económico, la relocalización espacial con criterios de proximidad de los ciclos de<br />
producción, transporte, consumo y recuperación (concepto de ecorregión), la apuesta decidida<br />
por el ahorro energético y las fuentes renovables, la aplicación de criterios de circularidad en los<br />
recursos-residuos y las estrategias de adaptación (resiliencia) a la evolución climática constituyen<br />
vías esenciales para reducir los efectos negativos de este impulsor de cambio.<br />
241. La corrección de la sobreexplotación sobre ecosistemas y servicios ambientales habría<br />
de desplegarse, entre otros, en los siguientes frentes: 1) adaptando la demanda de agua en<br />
la agricultura y la energía a la biocapacidad de los sistemas hídricos con visión sistémica de<br />
cuenca y diversidad de recursos (superficiales, acuíferos, etcétera); 2) limitando la expansión<br />
urbanística, infraestructural y turística en los litorales y grandes áreas urbanas con índices de<br />
extralimitación significativos; 3) favoreciendo la expansión de la ecoagricultura y la recuperación<br />
de las dietas regionales; 4) limitando los excesos de algunos tipos de pesca y los impactos<br />
inducidos en zonas con fuerte tránsito/vertidos marítimos; etcétera.<br />
242. Los procesos de contaminación (atmosférica, del agua, marina, etcétera) y las alteraciones de<br />
los ciclos biogeoquímicos (9 ciclos relacionados con el cambio climático, nitrógeno, fósforo, ozono<br />
estratosférico, etcétera) tienen múltiples orígenes relacionados con actividades humanas (quema<br />
de combustibles, procesos químicos, pesticidas y fertilizantes, etcétera) que generan emisiones<br />
(residuos) de múltiples tipos y que interfieren en los ciclos naturales de la naturaleza. En la actualidad,<br />
dichos procesos desbordan la capacidad natural de asimilación del medio y se afrontan desde<br />
múltiples convenios internacionales y legislaciones nacionales, aunque con efectos limitados por<br />
su relación con unos modelos/patrones de producción, transporte, consumo y reciclado indiscriminados<br />
y sometidos a fortísimos intereses y resistencias a ser convenientemente regulados.<br />
243. La invasión de las especies exóticas (1.400 especies en España) constituye el segundo<br />
factor más importante de pérdida de biodiversidad en el contexto mediterráneo. La Evaluación<br />
de los Ecosistemas del Milenio en España apunta a las medidas de prevención con relación a<br />
nuevas entradas de especies invasoras y a las estrategias orientadas al mantenimiento de la<br />
integridad ecológica y resiliencia de los ecosistemas susceptibles de ser invadidos.<br />
244. A pesar de que la reducción de incendios ha sido positiva en los últimos años, el avance del<br />
cambio climático agudizará dichos riesgos, por lo que la consideración de esta amenaza ha de<br />
ser contemplada desde el fortalecimiento de los componentes resilientes de los ecosistemas, la<br />
gestión centrada en la prevención anticipativa a partir de índices de peligro de incendio (como<br />
el FWI), hasta el aumento significativo de los medios y técnicas de extinción, especialmente<br />
en torno a la “rapidez y contundencia de respuesta”.