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254 | <strong>LA</strong> <strong>GRAN</strong> <strong>ENCRUCIJADA</strong>. Sobre la crisis ecosocial y el cambio de ciclo histórico<br />
Y todo esto mezclado con el continuo desarrollo de unas nuevas tecnologías y<br />
de la web que están potenciando la globalización y cambiando el sustrato social de<br />
la sociedad del siglo XXI. Sustrato que sigue teniendo una base crecientemente<br />
individualista y de autosatisfacción, con un fuerte desarrollo de las redes sociales<br />
integradas por individuos que controlan a la gente con la que se relacionan, creando<br />
guetos de autoafirmación en gustos, aficiones o posicionamiento político. Se evita<br />
virtualmente la soledad inherente a una sociedad individualista, pero se consigue<br />
la compartimentación y la facilidad de control exterior. Y ello aunque se creen nuevos<br />
métodos y formas de protesta o de control social de los procesos (corrupción,<br />
degradación ambiental, etcétera), que son a su vez cada vez más controlados desde<br />
los poderes establecidos, avanzando hacia la sociedad del Gran Hermano.<br />
El precio de las materias primas y de la energía como factor desestabilizador<br />
de los equilibrios a largo plazo<br />
Los precios internacionales medios de las materias primas han caído en más de<br />
un 30% a lo largo del último año, con caídas más importantes en el precio del<br />
petróleo, colaborando en la crisis de muchos países emergentes ofertantes de estos<br />
productos, obligándoles a importantes ajustes económicos que muy frecuentemente<br />
conducen a consecuencias políticas aún más importantes. La disminución<br />
de la demanda de materias primas por la crisis de los países occidentales y de<br />
China y el arrastre asociado a la disminución del precio del petróleo son claros<br />
factores desestabilizadores en el mundo actual.<br />
Entre 1973 y 1979 el control de la oferta del petróleo por los países árabes hizo<br />
subir brutalmente sus precios (en 1974 se triplicaron, pasando de 3 a 12 dólares<br />
por barril) por motivos geoestratégico-militares contra Israel y contra las potencias<br />
occidentales que lo apoyaron. La utilización de los precios del petróleo por la<br />
OPEP con motivos geoestratégicos añadidos a los económicos no ha sido nunca<br />
una novedad. Y nuevamente en el periodo 2014-2015 son importantes motivos<br />
geoestratégicos, y no solo de estrategia económica, los que explican la fuerte caída<br />
de los precios del petróleo, junto a los motivos ligados a la reducción de la demanda<br />
energética por la Gran Recesión iniciada en 2008 y al aumento de la oferta derivada<br />
en gran parte del desarrollo del fracking en Canadá y Estados Unidos, que ha<br />
llevado a que, tras muchos años de prohibición, a finales de 2015 se haya vuelto a<br />
permitir la exportación de petróleo desde Estados Unidos.<br />
Tampoco es indiferente el comportamiento de la oferta a las constataciones<br />
científicas sobre el cambio climático, que van asociadas a un peso creciente de las<br />
políticas de sustitución, ahorro y eficiencia energética, apoyo a las energías renovables<br />
y a un transporte ajeno al uso del petróleo y sus derivados y, en síntesis, a<br />
una disminución del peso del petróleo en la demanda energética global. Ni a las<br />
propuestas asociadas a que dejen de explotarse del orden de dos terceras partes<br />
de las reservas globales de combustibles fósiles registradas, como consecuencia de<br />
su incidencia potencial en un calentamiento global que puede tener efectos catastróficos<br />
para la humanidad.<br />
La respuesta de los países con mayores recursos, capitaneados por Arabia<br />
Saudí, ha sido incrementar la producción de crudo hasta niveles que dejan fuera