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La Historia de la Redención - Elena G. de White

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De regreso al desierto

El Señor ordenó a los hebreos que regresaran al desierto en dirección

del Mar Rojo. Se habían acercado a la buena tierra, pero por causa de su

malvada rebelión perdieron su derecho a gozar de la protección de Dios. Si

hubieran aceptado el informe de Caleb y Josué, y hubieran avanzado

inmediatamente, Dios les habría dado la tierra de Canaán. Pero fueron

incrédulos y manifestaron un espíritu tan insolente contra Dios que

acarrearon sobre sí la sentencia de que nunca entrarían en la tierra prometida.

Piadosa y misericordiosamente Dios los envió de regreso al Mar Rojo,

porque los amalecitas y los cananeos, mientras ellos perdían tiempo

murmurando, se informaron de las incursiones de los espías y se prepararon

para hacer guerra contra los hijos de Israel.

"Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: ¿Hasta cuándo oiré esta

depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de

Israel, que de mí se quejan?" El Señor ordenó a Moisés y Aarón que dijeran

al pueblo que haría lo que habían pedido. Habían dicho: "¡Ojalá muriéramos

en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!" Dios iba a

cumplir la palabra de ellos. Ordenó a sus siervos que les dijeran que todos

los que tuvieran veinte años o más caerían en el desierto, por causa de su

rebelión y de su queja contra Dios. Sólo Caleb y Josué entrarían en la tierra

de Canaán. "Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por

presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros

despreciasteis".

El Señor declaró que los hijos de los hebreos peregrinarían cuarenta

años en el desierto, a partir de su salida de Egipto, a causa de la rebelión de

sus padres hasta que todos éstos murieran. Tendrían que soportar y sufrir la

consecuencia de su iniquidad por cuarenta años, de acuerdo con la cantidad

de días que habían inspeccionado la tierra, un día por año. "Y conoceréis mi

castigo". Debían comprender plenamente que ese era el castigo por la

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