23.07.2020 Views

La Historia de la Redención - Elena G. de White

  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Constantino, pagano aún, promulgó un decreto para apoyar la

observancia general del domingo como una festividad pública en todo el

Imperio Romano. Después de su conversión siguió siendo un ferviente

abogado del domingo, y su edicto pagano fue puesto en vigencia en

provecho de su nueva fe. Pero el honor manifestado hacia ese día no era

suficiente para impedir que los cristianos consideraran que el sábado era el

día santo del Señor. Había que dar otro paso más; el falso día de reposo debía

ser exaltado para lograr su igualdad con el verdadero. Pocos años después de

la promulgación del decreto de Constantino, los obispos de Roma le

confirieron al domingo el título de día del Señor. De ese modo se indujo a la

gente gradualmente a que considerara que poseía un cierto grado de santidad.

No obstante, se seguía guardando el sábado original.

El archiengañador no había terminado su obra. Estaba resuelto a reunir

al mundo cristiano bajo su estandarte, y a ejercer su poder por medio de su

representante, el orgulloso pontífice que pretendía ser el representante de

Cristo. Logró cumplir sus propósitos por medio de paganos semiconvertidos,

prelados ambiciosos y miembros de iglesia mundanos. Se celebraron grandes

concilios, de vez en cuando, a los que concurrían dignatarios de la iglesia

procedentes de todas partes del mundo. En casi cada uno de ellos se

degradaba un poco más el sábado que Dios había instituido, mientras en

forma proporcional se exaltaba el domingo. De ese modo la festividad

pagana finalmente llegó a ser honrada como una institución divina, mientras

al sábado de la Biblia se lo declaró reliquia del judaísmo, y se insistió en que

su observancia era maldita.

El gran apóstata logró éxito al exaltarse a sí mismo "contra todo lo que

se llama Dios o es objeto de culto". 2 Tesalonicenses 2:4. Se había atrevido a

cambiar el único precepto de la ley divina que en forma inconfundible señala

a todas la humanidad al Dios verdadero y viviente. En el cuarto

mandamiento el Señor se presenta como Creador de los cielos y la tierra, y

292

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!