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La Historia de la Redención - Elena G. de White

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de la iglesia que debieran haber percibido el valor de Aquel a quien

rechazaron, no obstante lo cual había llegado a ser cabeza del ángulo. Con

estas palabras se refirió directamente a Cristo, la piedra fundamental de la

iglesia.

La gente estaba asombrada de la valentía de los discípulos. Suponían,

puesto que eran ignorantes pescadores, que podían ser aplastados y

confundidos al comparecer ante los sacerdotes, escribas y ancianos. Pero

tomaron nota de que habían estado con Jesús. Los apóstoles hablaron como

él lo hubiera hecho, con un poder convincente que sometió al silencio a sus

adversarios. Para ocultar su perplejidad los sacerdotes y gobernantes

ordenaron que los apóstoles salieran de la habitación, para discutir juntos el

asunto.

Todos estuvieron de acuerdo en que era inútil negar que el hombre

había sido sanado mediante el poder que recibieron los apóstoles en el

nombre de Jesús, el crucificado. De buena gana hubieran tratado de cubrir el

milagro mediante falsedades; pero esta obra fue hecha a plena luz del día y

en presencia de una multitud, y ya había llegado al conocimiento de miles.

Llegaron a la conclusión de que había que detener esa obra inmediatamente,

pues en caso contrario Jesús lograría muchos creyentes, a lo que seguiría su

propia desgracia, y serían culpables del asesinato del Hijo de Dios.

A pesar de su disposición a destruir a los discípulos, no se atrevieron a

hacer nada más grave que amenazarlos con los más tremendos castigos si

seguían enseñando o haciendo obras en el nombre de Jesús. A lo que Pedro y

Juan declararon osadamente que su obra les había sido confiada por Dios, y

que no podían hacer otra cosa que hablar de lo que habían visto y oído. De

buena gana los sacerdotes hubieran castigado a estos nobles hombres por su

inquebrantable fidelidad a su sagrada vocación, pero temían al pueblo,

"porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho". De modo que

después de repetir sus amenazas y prohibiciones, dejaron a los apóstoles en

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