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La Historia de la Redención - Elena G. de White

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Era un profeta de Dios; no obstante, se vio obligado a huir de lugar en lugar

para salvar su vida. Sus propios connacionales lo perseguían como si fuera

una bestia feroz, para destruirlo. Pero Dios trasladó a Elías. Los ángeles lo

llevaron en gloria y en triunfo hasta el cielo.

Moisés fue más grande que todo otro hombre que haya vivido antes

que él. Fue grandemente honrado por Dios, y tuvo el privilegio de hablar con

el Señor cara a cara, como alguien cuando habla con su amigo. Se le permitió

ver la luz resplandeciente y la excelente gloria que rodean al Padre. El Señor

libró por medio de Moisés a los hijos de Israel de la esclavitud egipcia. Fue

intermediario entre Dios y su pueblo, y a menudo se interpuso a la ira de

Dios. Cuando el enojo del Señor se encendió grandemente contra Israel por

su incredulidad, sus murmuraciones y sus graves pecados, el amor de Moisés

por ellos fue sometido a prueba. Dios le propuso destruirlos y hacer de él una

poderosa nación. Moisés manifestó su amor por Israel al suplicar

fervorosamente en su favor. En su angustia oró a Dios para que desviara su

fiero enojo y perdonara a Israel, o eliminara su nombre de su libro.

Moisés pasó por la muerte, pero Miguel descendió y le dio vida antes

que su cuerpo viera corrupción. Satanás trató de retener ese cuerpo,

pretendiendo que le pertenecía; pero Miguel lo resucitó y lo llevó al cielo. El

enemigo se quejó amargamente contra Dios, acusándolo de injusto al

permitir que le fuera arrebatada su presa; pero Cristo no reprendió a su

adversario, a pesar de que el siervo de Dios había caído como resultado de

sus tentaciones. Mansamente remitió el caso a su Padre: "El Señor te

reprenda". Judas 9.

Jesús dijo a sus discípulos que había entre ellos algunos que no

pasarían por la muerte hasta que vieran que el reino de Dios descendía con

poder. Esta promesa se cumplió en ocasión de la transfiguración. El rostro de

Jesús estaba transformado y resplandecía como el sol. Su túnica era blanca y

fulguraba. Moisés estaba allí para representar a los que serían levantados de

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