Imágenes del Estado de México 1824

Sr. Nájera y el Sr. Mora que si se hace una ley
general para que gozasen el beneficio todos los
pasantes que se hallasen en estos casos”. 340 Algunos
de los legisladores pidieron permiso de su
puesto para terminar sus estudios y poder titularse.
Respecto al Poder Judicial, la población
se quejaba de que los cuerpos municipales eran
de viciosa organización, no existía una correcta
administración de la justicia, y no había jueces
ni dinero con qué pagarlos. Había salteadores y
bandidos en los caminos, “cuyas cuadrillas tomaban
un carácter político” que hacía difícil
distinguirlos de los simples delincuentes. Los
salteadores atacaban tanto en lo abierto de los
caminos como en el centro de las poblaciones.
“El honor de la casada y el pudor de la doncella
no estaban libres de los ataques del disoluto, ni
de las arteras [intenciones] del seductor, que
triunfaban a merced de la impunidad”. 341
Había desorden y desarreglo en la Hacienda
pública, turbas de contrabandistas, y las rentas
eran tan pobres que no cubrían los salarios de los
funcionarios públicos.
La división territorial de la entidad estaba
fuera de todo orden, “fuera de todo arreglo y sistema”;
reinaba en ella la confusión y el desorden.
Había partidos pequeños y de escasa población,
que podían ser el barrio de un lugar,
junto a otros tan grandes que ninguna vigilancia
podía abarcarlos.
La educación pública estaba abandonada:
“[...] las escuelas de primeras letras eran muy
escasas, mal dotadas, y peor dirigidas, sin estímulo
para los preceptores, ni fomento para los
niños: un celo indiscreto que reconocía por principio
la buena fe, pero que no por esto era menos
perjudicial, impedía la circulación de los libros,
secando con esto las fuentes de la ilustración
pública”. 342 Mora se refiere aquí a la censura que
hubo en estos años respecto a la presencia de
libros considerados como peligrosos para la
conciencia de los mexicanos y que muchas veces
sólo entorpeció el conocimiento.
El asunto del sostenimiento de las escuelas
municipales de primeras letras fue un problema
que constantemente era discutido en el Congreso
del Estado de México. Los recursos de los municipios,
la mayoría, eran tan escasos que no
cubrían los gastos que causaba el sostenimiento
de estas escuelas.
Taxco solicitó se le permitiera el cobro de
impuestos en los vinos nacionales y extranjeros
para pagar los gastos del Ayuntamiento, especialmente
para cubrir los que correspondían a la
escuela de primeras letras, que dependía del
municipio. 343
El Ayuntamiento de Guadalupe pidió al
Congreso se le permitiera cobrar una cuartilla por
cada mula de las que transitaban con pulque por
el lugar. El Congreso negó la petición. 344
342
Ibid., p. iii.
340
Águila Mexicana, 11 de septiembre de 1824.
341
Constitución Política del Estado de México, 1827, p. ii.
343
Águila Mexicana, 28 de marzo de 1824.
344
Ibid., 27 de abril de 1824.
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