Imágenes del Estado de México 1824

carezcan del sociego y tranquilidad, y que han
menester para desempeñar sus augustas funciones.
Cuanto al primero cualquiera pueblo
por ruin que sea a donde vayan los Supremos
Poderes va a pasar en el momento de barato y
abundante en víveres a caro y escaso tal vez
más que en México, porque el precio de las
cosas sube o baja según se aumente o disminuya
el número de consumidores, así se observa
en todas partes; y si llegase a verificarse el
proceso que se discute ya veremos a qué alto
precio se pondrían las habitaciones y los alimentos,
sobre todo lo segundo además de que
es muy ridículo e injusto pretender que los
hombres que han tenido cuatro o cinco horas
de sesión, y otras tantas, o acaso más todos los
días en el despacho de las comisiones, carezcan
del corto desahogo de ir al teatro, al paseo, o
alguna tertulia en las horas de descanso. La
experiencia muestra que sean cuales fueran las
distracciones que proporciona México, nada
influirán para [que] el Congreso anterior y el
actual, no se hubieren dedicado exclusivamente
al desempeño de sus deberes, y no habrá uno
que se atreva a negar la actividad y empeño en
que se ha trabajado en ambos a beneficio de la
patria. 86
La ciudad de México debía ser la capital del país
por todas las ventajas que ofrecía, y el Congreso
del Estado de México debía buscar otra ciudad o
pueblo donde restablecer los poderes estatales.
Múzquiz mismo fue invitado a participar
en el nombramiento de los técnicos encargados
de la declaración de la capital federal.
86
Águila Mexicana, 31 de julio de 1824.
En un documento oficial firmado por
Múzquiz el 23 de noviembre de 1824, dice: “[...]
interpretando el sentimiento del Estado, lastimado
por habérsele desprendido de su hermosa
Capital, declina la invitación que le hace el Supremo
Gobierno Nacional para nombrar técnico
comisionado a la demarcación de límites”. 87 El
Congreso Constituyente del Estado de México
respaldó a Múzquiz y le invitó a contestar al
Ejecutivo: “Que no está [Múzquiz] en el caso de
ocuparse de este negocio”. 88
Ante el argumento de que lo que se buscaba
era una mayor igualdad entre los estados,
los diputados del Congreso local que se oponían
a la pérdida de la ciudad de México se preguntaron
si la porción más considerable de los individuos
que componían la población de la ciudad,
160 mil almas, quedaría reducida a una absoluta
nulidad respecto al ejercicio de sus derechos
políticos, pues al ya no ser parte de un estado, no
tendría derecho a nombrar a los miembros de su
Congreso local. La ciudad de México, según los
opositores, era “blanco de los tiros de la envidia
y del rencor”.
Múzquiz escribió que nunca estarían por
demás los reclamos de las generaciones venideras
por la pérdida de la capital del estado, el
Distrito Federal; esto había sido contra la voluntad
de sus representantes y la medida había sido
injusta.
87
Mario Colín, Guía de documentos impresos ..., t. i, p. 49.
88
Ibid., p. 51.
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