Imágenes del Estado de México 1824

on luego libres, yéndose ellos en diversas
direcciones.
La repetición de estos atentados en las
inmediaciones de la capital, prueba que en esta
misma se fraguan y se disponen; esto exigiría
medidas muy activas de la policía, y sobre
todo el pronto escarmiento de los culpados.
Hace un año que se cometió el robo y asesinatos
de Tortolita, hay presos muchos de los
que lo cometieron, y todavía no hemos visto
un solo ejemplar. ¿Qué es lo que entorpece
estas causas? 127
Los asaltos a los mineros eran frecuentes. Ellos
enviaban sus minerales y atravesaban caminos
peligrosos; sin embargo, a veces se daban buenos
resultados en la búsqueda de los delincuentes:
Los ladrones que robaron la conducta que el
Tribunal de Minería mandó a Tasco, han sido
aprehendidos en esta ciudad de la que como lo
presumíamos son estantes y habitantes. Debemos
dar mil gracias al Sr. Comandante General
a cuyo celo se debe esta importante
aprehensión, y las daremos también muy encarecidas
a los jueces que van a juzgarlos, si
haciéndolo con brevedad con todo el rigor de
las leyes hacen un escarmiento de que tanta
necesidad se tiene para la seguridad de los
caminos.128
127
Ibid., 10 de enero de 1824.
128
Ibid., 14 de enero de 1824.
Los coches de pasajeros también eran asaltados
en los caminos, causando temor a propios y extraños:
Bandoleros acometieron entre Tepeyahualco y
Perote, a los Sres. Marray, Mattews, Crawfort
y otros pasajeros; les robaron cuanto llevaban,
hasta la ropa; quitaron la vida de un balazo al
tercero; hirieron a dos pasajeros; y mataron a
un correo que venía de Xalapa. Se dice que la
tropa que escoltaba a dichos pasajeros, manifestó
que no se podía pasar de Tepeyahualco por
estar muy fatigados los caballos, y que a pesar
de eso siguieron sin escolta.
Lo anterior son hechos muy dolorosos, y
se busca ya de manera constitucional que esos
acontecimientos sean castigados y evitar que
esos desórdenes se den. 129
Las casas de las personas acomodadas de la capital
fueron frecuentemente asaltadas; el hecho
y lo robado se anunciaba en los periódicos con
la esperanza de recuperar lo perdido, para ello se
describían los objetos hurtados:
La noche del 17 de éste fue escalada la casa
núm. 6 del puente de Monsun, y quebrantadas
algunas de las alacenas extrajeron considerable
cantidad de pesos y las alhajas cuyas señas
individuales son las siguientes: una caja de
polvos de oro, cuadrilonga, de dos dedos de
alto poco más o menos, cortadas las esquinas,
adornada de esmaltes muy finos, fondo azul
celeste bajo, con fistones de colores, y en el
129
Águila Mexicana, 2 de abril de 1824.
68