Imágenes del Estado de México 1824

llamado a los alumnos chamacos, y “[...] en este
país es una palabra que no se le dirige ni a los
hijos del más miserable artesano”. 181 Los castigos
que imponía el Sr. Ribot por las más leves faltas
eran excesivos: por ejemplo, tener a un niño de
rodillas una tarde entera. Por suerte esta persona
había sido destituida de su cargo y se había puesto
a otra mucho más competente y con mejor
trato hacia los niños.
Los anuncios aparecidos en los periódicos
dan una idea de cómo era el sistema de enseñanza
de entonces, como lo fue el lancasteriano, muy
popular en México durante el siglo xix. Este
sistema de enseñanza permitía que un solo profesor,
con ayuda de los asistentes, atendiera
grupos numerosos.
La educación era un asunto que tenía que
ser atendido de inmediato. Las condiciones existentes
durante el periodo colonial en México
respecto a la educación de la población no privilegiada
debían desaparecer.
El pueblo debía aprender al menos los
rudimentos de la enseñanza básica, de ahí las
solicitudes y ofertas que hubo para contratar a
profesores de primeras letras. Las solicitudes
aparecían en los periódicos de la capital, pero la
oferta de empleo podía ser en lugares bastante
alejados del centro, como podía ser el puerto de
Tampico:
El Ayuntamiento de pueblo Viejo de Tampico
solicita una persona [que] se encargue de la
escuela de primeras letras de ese lugar y se le
181
Ibid., 18 de enero de 1824.
pagarán 100 pesos mensuales y tendrá casa, la
persona lo único que tiene que presentar es un
informe de aptitud y honradez para desempeñar
tan delicado encargo. 182
El ofrecimiento de empleo para los profesores se
hacía en lugares cercanos, dentro de la misma
entidad y en lugares preocupados por la educación,
y cuyos Ayuntamientos contaban con recursos
para sus maestros municipales. El profesor
ganaría mejor sueldo si además enseñaba a sus
alumnos otros idiomas, especialmente el francés.
El alcalde de Jilotepec solicita un maestro de
primeras letras capaz de dirigir la juventud de
aquel vecindario, ofreciéndole de dotación 369
pesos anuales; y 500 si prometiere enseñar los
idiomas, latín y francés. La persona que quiera
optar este destino podrá ocurrir al sujeto
indicado por medio del correo, dando razón de
su habitación para que se le conteste; advirtiéndole
desde ahora que las dotaciones señaladas
serán sin perjuicio de lo que pueda
utilizar por la enseñanza que imparta a niños
que admita de pupilos de otros pueblos. 183
Los profesores que ofrecían sus servicios y que
no iban a ser pagados por los Ayuntamientos, se
anunciaban en los periódicos ofreciendo clases
particulares en las casas de los alumnos que los
necesitaran:
182
Ibid., 1º de octubre de 1824
183
Ibid., 15 de febrero de 1824.
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