Nº18 15/07/2009 - enfoqueseducativos.es

REVISTA DIGITAL CIENCIA Y DIDÁCTICA Nº 18 15/07/2009
De allí que puedan reconocerse actos específicos relativos a su abordaje. Uno de
ellos refiere al análisis de sus aspectos formales, en los que se desagrega el ritmo en los
recursos fónicos de rima, acento y tono, el uso de recursos léxicos y semánticos, así
como los recursos sintácticos y morfosintácticos. Esta verdadera disección centra la
tarea escolar en la medición y conteo de versos, con sus sílabas tónicas y átonas que
permiten la rima- asonante o consonante- y la identificación de sinalefas, hiatos,
sinéresis y diéresis, para luego enumerar las anáforas, aliteraciones u onomatopeyas, sin
olvidar la metáfora y su diludación. Otro acto reside en su memorización y recitado,
caro a los actos escolares, acompañado por gestos y movimientos corporales que deben
adecuarse sin reticencias a los requerimientos docentes, exacerbando en un sentido
teatralizado sus entonaciones, pausas y matices, a fin de corregir la pronunciación y a la
vez internalizar los valores formativos de las poesías seleccionadas. Sin intentar
desvalorizarlos en tanto fundantes, pareciera oportuno trascender sus aspectos formales
o corporales- disciplinarios, para revisitar su dimensión estética y humana, ahondar en
ella, atendiendo que toda lectura supone
“ (…) salir del tiempo, del espacio cotidiano y entrar en un mundo más amplio; para
abrirse a lo desconocido, transportarse a universos extranjeros, deslizarse en la
experiencia de otro u otra, acercarse al otro que vive en uno mismo, domesticarlo,
perderle el miedo. (…) Para habitar el mundo poéticamente y no únicamente estar
adaptado a un universo productivista.” (Petit; 2006: 146)
La literatura permite además el acercamiento al conocimiento por su capacidad
de absorber y retrabajar, en la forma y contenido y a través de la ficción, los discursos
sociales en los que se desenredan aspectos clave de la realidad, históricos, políticos,
religiosos, mediáticos, raciales, sexuales, entre otros, y a la vez, presenta múltiples
sentidos a descubrir, cuestión fundamental para propiciar prácticas de lectura a partir de
los intereses particulares de los lectores. En esos cruces entre identidades
socioculturales y el conocimiento sobre la literatura que ya se posee y que se presta a
poseer a partir de un texto que se presenta como un desafío de sentidos, es donde hay
lectura, auténtica interpretación. Para acceder a ella, más allá de la repetición o
renarración, o aún su expectación, necesitamos ampliar el universo de los textos que nos
conducen a indagar en nuevos mundos de sentidos posibles, que el cotidiano no
reconoce.
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