Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
J.M.J.T.<br />
Jesús + El <strong>Carmelo</strong>, 23 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1893<br />
Mi querida Celinita:<br />
No contaba con respon<strong>de</strong>r yo esta vez a tu carta 1 , pero nuestra Madre quiere que añada<br />
unas palabras a la suya.<br />
¡Cuántas cosas tendría que <strong>de</strong>cirte! Pero como no tengo más que unos momentos,<br />
quiero, ante todo, asegurar a la gotita <strong>de</strong> rocío que su <strong>Teresa</strong> la compren<strong>de</strong>... Después <strong>de</strong><br />
leer tu carta, me fui a la oración. Tomando el evangelio, pedí a Jesús encontrar un pasaje<br />
para ti, y mira el que me salió: «Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando veis que<br />
comienzan a echar brotes, os dais cuenta <strong>de</strong> que está próximo el verano. Pues cuando<br />
veáis que suce<strong>de</strong>n estas cosas, sabed que está cerca el reino <strong>de</strong> Dios»<br />
Cerré el libro. Ya había leído bastante. En efecto, «estas cosas» que suce<strong>de</strong>n en el alma<br />
<strong>de</strong> mi Celina <strong>de</strong>muestran que el reino <strong>de</strong> Jesús se ha establecido ya en su alma... Ahora<br />
quiero <strong>de</strong>cirte lo que suce<strong>de</strong> en la mía, que sin duda es lo mismo que suce<strong>de</strong> en la tuya.<br />
Es cierto lo que dices, Celina: las frescas mañanas 2 han pasado ya para nosotras, ya no<br />
quedan flores que cortar, Jesús las ha cogido para sí. Tal vez algún día haga brotar otras<br />
nuevas; pero mientras tanto, ¿qué <strong>de</strong>bemos hacer? Celina, Dios no me pi<strong>de</strong> ya nada... Al<br />
principio me pedía una infinidad <strong>de</strong> cosas. Durante algún tiempo pensé que ahora, como<br />
Jesús no me pedía nada, tendría que caminar dulcemente en la paz y en el amor,<br />
haciendo solamente lo que él me pedía 3 ... Pero tuve una inspiración.<br />
Dice santa <strong>Teresa</strong> que [vº] es necesario alimentar el amor 4 . Cuando estamos en tinieblas,<br />
en sequeda<strong>de</strong>s, la leña no se encuentra a nuestro alcance; pero ¿no tendremos que<br />
echar en él al menos unas pajitas? Jesús es lo bastante po<strong>de</strong>roso para alimentar él solo<br />
el fuego; sin embargo, le gusta vernos echar en él algo que lo alimente. Es éste un <strong>de</strong>talle<br />
que le agrada, y entonces arroja él al fuego mucha leña. A él nosotras no le vemos, pero<br />
sentimos la fuerza <strong>de</strong>l calor <strong>de</strong>l amor.<br />
Yo lo he visto por experiencia: cuando no siento nada, cuando soy INCAPAZ <strong>de</strong> orar y <strong>de</strong><br />
practicar la virtud, entonces es el momento <strong>de</strong> buscar pequeñas ocasiones, na<strong>de</strong>rías que<br />
agradan a Jesús más que el dominio <strong>de</strong>l mundo e incluso que el martirio soportado con<br />
generosidad. Por ejemplo, una sonrisa, una palabra amable cuando tendría ganas <strong>de</strong><br />
callarme o <strong>de</strong> mostrar un semblante enojado, etc., etc.<br />
¿Compren<strong>de</strong>s, Celina querida? No es para labrar mi corona 5 , para ganar méritos, es por<br />
agradar a Jesús... Cuando no tengo ocasiones, quiero al menos <strong>de</strong>cirle muchas veces<br />
que le amo. Esto no resulta difícil, y alimenta el fuego; aun cuando me pareciese que está<br />
apagado ese fuego <strong>de</strong>l amor, me gustaría echar en él alguna cosa, y Jesús podría<br />
entonces reavivarlo.<br />
Celina, temo no haber dicho lo que <strong>de</strong>biera. Tal vez pienses que yo hago siempre esto<br />
que digo. Pues no, no siempre soy fiel. Pero no me <strong>de</strong>sanimo nunca 6 , me abandono en<br />
los brazos <strong>de</strong> Jesús. La gotita <strong>de</strong> rocío se hun<strong>de</strong> más a<strong>de</strong>ntro en el cáliz <strong>de</strong> la Flor <strong>de</strong> los<br />
campos y allí encuentra todo lo que ha perdido, y mucho más.