Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
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Cta 177 A María Guérin<br />
7 <strong>de</strong> julio (?) <strong>de</strong> 1895<br />
A mi querida hermanita 1 , <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> su Teresita ¡que se acuerda mucho <strong>de</strong> ella...! Y que,<br />
sobre todo, espera (temblando) que su querida María mantenga sus promesas viviendo<br />
tan tranquila como un niñito en los brazos <strong>de</strong> su madre...<br />
Pido mucho por ti, hermanita querida, y por todos los inolvidables parientes <strong>de</strong> La Musse,<br />
que en estos momentos <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> estar haciendo gran<strong>de</strong>s progresos en la perfección<br />
pues aceptan con tanta generosidad el sacrificio <strong>de</strong> la separación...<br />
[vº] Quiero y rezo cada vez más por mis queridos tíos. Y no sé hasta dón<strong>de</strong> llegará este<br />
amor, ¡pues mi cariño aumenta cada día...!<br />
NOTAS Cta 177<br />
1 María pasa en La Musse sus últimas vacaciones en familia, antes <strong>de</strong> entrar en el<br />
<strong>Carmelo</strong> el 15 <strong>de</strong> agosto.<br />
Cta 178 A la señora <strong>de</strong> Guérin<br />
20-21 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1895<br />
J.M.J.T.<br />
Jesús + 20 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1895<br />
Querida tiíta:<br />
Inicio<br />
Me ha emocionado mucho el ver que se acuerda <strong>de</strong> su Teresita; también ella se acuerda<br />
mucho <strong>de</strong> usted, y si todavía no ha escrito a su tía querida, no ha sido por indiferencia,<br />
sino porque su corazón está tan repleto <strong>de</strong> cariño y <strong>de</strong> veneración, que no acierta a<br />
traducir sus pensamientos...<br />
Sin embargo, tengo que intentarlo, aun a riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a mi tiíta cosa que van a<br />
disgustarla, ¿no sale la verdad <strong>de</strong> la boca <strong>de</strong> los niños? Pues bien, tendrá que<br />
perdonarme si digo la verdad, pues soy y quiero ser siempre una niña...<br />
Voy a darle una leccioncita espiritual y a mostrarle cuán bueno es Dios conmigo. A mí me<br />
gusta mucho leer las vidas <strong>de</strong> los santos; el relato <strong>de</strong> sus acciones heroicas me inflama el<br />
ánimo y me impulsa a imitarlos. Pero confieso que a veces me ha ocurrido envidiar la<br />
suerte feliz <strong>de</strong> sus parientes, que han tenido la dicha <strong>de</strong> vivir en su compañía y <strong>de</strong> gozar<br />
<strong>de</strong> sus santas conversaciones. Ahora ya no tengo nada que envidiar, pues estoy en