Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
No somos tampoco ni holgazanas ni pródigas. Jesús nos [2vº] <strong>de</strong>fendió en la persona <strong>de</strong><br />
la Magdalena. Él estaba a la mesa, Marta servía, Lázaro comía con él y con los<br />
discípulos. ¿Y María? María no pensaba en tomar alimento, sino en agradar al que<br />
amaba; por eso, tomó un vaso lleno <strong>de</strong> un perfume muy costoso y, rompiendo el vaso, lo<br />
<strong>de</strong>rramó sobre la cabeza <strong>de</strong> Jesús, y toda la casa se llenó <strong>de</strong>l perfume <strong>de</strong>l ungüento; pero<br />
los APOSTOLES murmuraban contra la Magdalena...<br />
Lo mismo ocurre con nosotras: los cristianos más fervorosos, los sacerdotes piensan que<br />
exageramos, que <strong>de</strong>beríamos servir con Marta en vez <strong>de</strong> consagrar a Jesús los vasos <strong>de</strong><br />
nuestras vidas con los perfumes que en ellos se encierran... Y sin embargo, ¿qué importa<br />
que se rompan nuestros vasos, si Jesús recibe consuelo y el mundo, aun a pesar suyo, se<br />
ve obligado a sentir el perfume que <strong>de</strong> ellos se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> y que sirve para purificar el aire<br />
envenenado que respira sin cesar?<br />
La enfermera quiere que busques en Caen medio frasco <strong>de</strong> agua antihemorrágica <strong>de</strong><br />
Tisserand, <strong>de</strong> 2'50 francos. Si no hay más que frascos enteros, no lo compres, pues<br />
también los hay aquí en Lisieux.<br />
Sor María <strong>de</strong>l Sagrado Corazón querría siete u ocho cascanueces.<br />
NOTAS Cta 169<br />
1 Des<strong>de</strong> Caen, don<strong>de</strong> estaba pasando unos días con la familia Guérin en casa <strong>de</strong> sus<br />
primos La Néele, Celina escribía a <strong>Teresa</strong>: «Juana y Francis están <strong>de</strong> uñas contra mí y<br />
usan un lenguaje lleno <strong>de</strong> amargura. Me reprochan un montón <strong>de</strong> cosas, y cuando María<br />
les tapa la boca encuentran otro motivo <strong>de</strong> reproche. Lo primero que dicen es que no<br />
tengo vocación, que mi <strong>de</strong>stino es ser madre <strong>de</strong> familia, que tendría que haber hablado<br />
mucho antes sobre mi inclinación a la vida religiosa, que soy una alocada al <strong>de</strong>cidirme tan<br />
<strong>de</strong>prisa, que si se me presentase un buen partido lo aprovecharía, que es por una<br />
cabezonada y por <strong>de</strong>sesperación por lo que entro en un convento, etc. Luego se meten<br />
con vosotras: que sois unas acaparadoras y que vosotras y yo hemos perdido muchos<br />
puntos en su estima, etc. Después, que soy una ingrata, ¡irme tan rápido tras la muerte <strong>de</strong><br />
papá!, que tendría que terminar el luto en el mundo, madurar en él mi vocación y <strong>de</strong>dicar<br />
al menos un año a mis tíos por sentido <strong>de</strong> gratitud, etc., etc. Es el nunca acabar..., y no<br />
alcanzo a <strong>de</strong>cirte lo enfadados que están. Nunca pensé que mi vocación, tan probada ya,<br />
fuese a encontrar tan violenta oposición. Tengo 25 años, ya sé lo que hago, y nunca di<br />
señales <strong>de</strong> inclinarme hacia el matrimonio. Hubieran <strong>de</strong>bido adivinar que, inmediatamente<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> nuestro padre querido, mi primera preocupación sería la <strong>de</strong><br />
orientar mi vida, en vez <strong>de</strong> reprochármelo. En fin, ¡tendrá que ser así! ¡Pero son<br />
<strong>de</strong>spiadados con las almas que se consagran a Dios! Es como si para ellas todos los<br />
sufrimientos y todos los <strong>de</strong>sprecios fueran pocos. Por eso Juana preferiría verme en<br />
Jerusalén que en Lisieux» (LC 1<strong>60</strong>, 19/8/1894).<br />
2 Los Guérin llevaban todos los días a Celina <strong>de</strong> excursión a la orilla <strong>de</strong>l mar: Luc, Saint-<br />
Aubin, Lion, etc. En esa misma carta a <strong>Teresa</strong> leemos: «Todos los días voy al mar. Ayer<br />
pescamos cangrejos <strong>de</strong> mar; yo no veía ni uno solo, le recé a papá y apareció una<br />
enorme cantidad <strong>de</strong> ellos. Fue una verda<strong>de</strong>ra pesca milagrosa, más <strong>de</strong> 100» (LC 1<strong>60</strong>).<br />
3 Cf Ms A 82vº.