Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>de</strong>l cielo; y les dije que sí, que tu sonrisa era para mí más dulce que sus melodías, porque<br />
tú sólo podías jugar y sonreír [2rº] sufriendo y olvidándote <strong>de</strong> ti misma.<br />
Querida esposa mía, tengo algo que pedirte, ¿me lo negarás...? No, tú me amas<br />
<strong>de</strong>masiado para eso. Pues bien, voy a confesarte que me gustaría cambiar <strong>de</strong> juego. Los<br />
bolos me divierten mucho, sí; pero ahora quisiera jugar al trompo, y, si quieres, tú serás<br />
mi trompo. Te doy uno como mo<strong>de</strong>lo; ya ves que no es bonito, quien no sepa usarlo lo<br />
rechazará a puntapiés, pero [2vº] un niño saltará <strong>de</strong> alegría al verlo y dirá: «¡Qué divertido<br />
que es! ¡Pue<strong>de</strong> estar girando todo el día sin pararse!» 4<br />
Yo, el Niño Jesús, te quiero, aunque no tengas encantos, y te pido que estés siempre<br />
girando para divertirme... Pero para hacer que el trompo gire, hacen falta latigazos... Pues<br />
bien, <strong>de</strong>ja que tus hermanas te presten este servicio, y muéstrate agra<strong>de</strong>cida con las que<br />
sean más asiduas en no <strong>de</strong>jarte aminorar la marcha. Y cuando me haya divertido ya<br />
bastante contigo, te llevaré allá arriba y allí podremos jugar sin sufrir...<br />
(Tu hermanito Jesús)<br />
NOTAS Cta <strong>212</strong><br />
1 Sor María <strong>de</strong> Trinidad explica así el origen <strong>de</strong> esta carta: «La Sierva <strong>de</strong> Dios seguía las<br />
inclinaciones naturales <strong>de</strong> mi alma para conducirla a Jesús. (...) En esa época, como yo<br />
tenía un carácter muy infantil, me servía <strong>de</strong> un método bastante original para practicar la<br />
virtud: la <strong>de</strong> divertir al Niño Jesús jugando con él a toda clase <strong>de</strong> juegos espirituales. Sor<br />
<strong>Teresa</strong> <strong>de</strong>l Niño Jesús me animó a ello con la carta siguiente...».<br />
2 Quien habla es el Niño Jesús. El sobre llevaba esta dirección: «Personal. A mi pequeña<br />
y querida esposa Jugadora <strong>de</strong> Bolos en la montaña <strong>de</strong>l <strong>Carmelo</strong>».<br />
3 Estos bolos, explica sor María <strong>de</strong> la Trinidad, «yo me los representaba <strong>de</strong> todos los<br />
tamaños y <strong>de</strong> todos los colores, para personificar a las almas que quería conquistar».<br />
4 <strong>Teresa</strong> recoge las palabras <strong>de</strong> su novicia, <strong>de</strong> algunos días antes: «En el mes <strong>de</strong><br />
diciembre <strong>de</strong> 1896, las novicias recibieron, a beneficio <strong>de</strong> las misiones, diversas<br />
chucherías para un árbol <strong>de</strong> Navidad. Y hete aquí que en el fondo <strong>de</strong>l cajón se encontró<br />
por casualidad (...) un trompo. Mis compañeras dijeron: «¡Qué cosa tan fea! ¿Para qué<br />
pue<strong>de</strong> servir esto?» Yo, que conocía bien el juego, cogí el trompo exclamando: «¡Pero si<br />
es muy divertido! ¡Pue<strong>de</strong> estar girando un día entero sin pararse a fuerza <strong>de</strong> buenos<br />
latigazos!» Y allí mismo me comprometí a hacerles una <strong>de</strong>mostración que las <strong>de</strong>jó<br />
asombradas. Sor <strong>Teresa</strong> <strong>de</strong>l Niño Jesús me observaba sin <strong>de</strong>cir nada» (Recuerdos <strong>de</strong> sor<br />
María <strong>de</strong> la Trinidad).