08.05.2013 Views

Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus

Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus

Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¡Cuántas cosas tendría para <strong>de</strong>cir sobre este tema a la humil<strong>de</strong> sombra <strong>de</strong> Jesús! Pero<br />

tengo muy poco tiempo, y me es imposible...<br />

El sueño <strong>de</strong> mi Celina es muy bonito, quizás un día se haga realidad 1 ... Pero, mientras<br />

tanto, comencemos nuestro martirio, <strong>de</strong>jemos que Jesús nos arranque todo lo que nos es<br />

más querido, y no le neguemos nada... Antes <strong>de</strong> morir a espada, muramos a alfilerazos...<br />

¿Compren<strong>de</strong> Celina...?<br />

El granito <strong>de</strong> arena se une en el sufrimiento a la humil<strong>de</strong> sombra <strong>de</strong> Jesús.<br />

Sor <strong>Teresa</strong> <strong>de</strong>l Niño Jesús <strong>de</strong> la <strong>Santa</strong> Faz<br />

nov. carm. ind.<br />

NOTAS Cta 86<br />

1 Este fue el sueño <strong>de</strong> Celina: «¡Si supieras lo que he soñado la otra noche! Tú acababas<br />

<strong>de</strong> morir mártir. Un hombre te había llevado a un bosque para matarte. Yo te había visto<br />

con envidia partir para el martirio... Estaba esperando lo que iba a ocurrir, cuando <strong>de</strong><br />

pronto vimos que una humareda se elevaba hacia el cielo. Luego cantó un pájaro y nos<br />

dijimos: ¡El sacrificio ha terminado! <strong>Teresa</strong> es mártir... Ante esta noticia, mi corazón se<br />

estremeció <strong>de</strong> alegría. ¿Y yo? ¿Voy a quedar separada <strong>de</strong> mi <strong>Teresa</strong> querida? ¡No!, eso<br />

no podía ser. Algo había que me hacía esperar la misma dicha. Y en efecto, mientras yo<br />

erraba por el campo, un muchachito aprendiz <strong>de</strong> zapatero se echa sobre mí y me hun<strong>de</strong><br />

varias veces su lezna en el cuello. Yo me sentía tan feliz, que no pensaba en huir; pero<br />

como el muchacho estaba sin duda <strong>de</strong>masiado débil, no me moría. Sin embargo, su rabia<br />

aumentaba más y más, y acabó arrancándome los ojos (...) Me <strong>de</strong>sperté con gran pesar<br />

<strong>de</strong> que el sueño no hubiese sido realidad» (A <strong>Teresa</strong>, LC 110, 13/3/1889).<br />

Cta 87 A Celina<br />

J.M.J.T.<br />

El <strong>Carmelo</strong>, 4 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1889<br />

¡Jesús...!<br />

Celinita querida:<br />

Inicio<br />

Tu carta me ha <strong>de</strong>jado una gran tristeza en el alma... ¡Pobre papaíto! No, los<br />

pensamientos <strong>de</strong> Jesús no son nuestros pensamientos, ni sus caminos son nuestros<br />

caminos...<br />

El Señor nos presenta un cáliz tan amargo como nuestra débil naturaleza pue<strong>de</strong> soportar.<br />

No retiremos los labios <strong>de</strong> ese cáliz preparado por la mano <strong>de</strong> Jesús... Veamos la vida<br />

bajo su verda<strong>de</strong>ra luz... Es sólo un instante entre dos eternida<strong>de</strong>s 1 ... Suframos en paz 2 .

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!