Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
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1 La «Señorita Lili» (Celina) y el «Señor Totó» (<strong>Teresa</strong>). Acerca <strong>de</strong> este apelativo,<br />
reminiscencia <strong>de</strong> los Buissonnets, cf CG p. 817+a.<br />
2 <strong>Teresa</strong> había pintado en unos zuecos el monograma IHS, marca simbólica <strong>de</strong> la<br />
fundadora, que en a<strong>de</strong>lante se le asignará a Celina.<br />
Cta 180 A la señora <strong>de</strong> La Néele<br />
J.M.J.T.<br />
Jesús + 14-15 y 17 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1895<br />
Querida Juana:<br />
Inicio<br />
Al leer tu carta, me parecía estar viéndote y oyéndote. Me ha producido una enorme<br />
alegría comprobar la agradable enfermedad que mis tíos fueron a llevarte <strong>de</strong> Lisieux;<br />
espero que aún no te hayas curado <strong>de</strong> tu crisis <strong>de</strong> alegría...; lo cual es muy probable, ya<br />
que el célebre miembro <strong>de</strong> la Facultad 1 , a pesar <strong>de</strong> toda su ciencia universal, no pue<strong>de</strong><br />
encontrar ningún remedio para su querida Juanita. Si por casualidad <strong>de</strong>scubriese alguno,<br />
por favor, que no se olvi<strong>de</strong> <strong>de</strong> nuestro <strong>Carmelo</strong>: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que entró «el duen<strong>de</strong>cillo que abrió<br />
las arrugas y encaneció el cabello» <strong>de</strong> su querida Fifine 2 , todo el noviciado sufre ese<br />
contagio.<br />
Es un gran consuelo para mí, la vieja <strong>de</strong>cana <strong>de</strong>l noviciado 3 , ver mis últimos días<br />
ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> tanta alegría; eso me rejuvenece, y, a pesar <strong>de</strong> mis siete años y medio <strong>de</strong><br />
vida religiosa, muchas veces me falta la gravedad en presencia <strong>de</strong> ese gracioso diablillo<br />
que alegra a toda la comunidad. ¡Si la hubieras visto el otro día con tu fotografía y la <strong>de</strong><br />
Francis, te habrías divertido mucho...! Nuestra Madre las había traído a la recreación y las<br />
hacía pasar <strong>de</strong> mano [1vº] en mano; cuando le llegó el turno a sor María <strong>de</strong> la Eucaristía,<br />
tomó las fotografías una <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> otra, dirigiéndoles sus más graciosas sonrisas y<br />
diciéndoles por turno: «Buenos días, Fifine... Buenos días, Serafín». Estas expresiones <strong>de</strong><br />
cariño hicieron reír a todas las carmelitas, que están muy contentas <strong>de</strong> tener una<br />
postulante tan simpática. Su hermosa voz constituye nuestra dicha y el encanto <strong>de</strong><br />
nuestras recreaciones. Pero, sobre todo, lo que alegra mi corazón mucho más que todos<br />
los talentos y las cualida<strong>de</strong>s exteriores <strong>de</strong> nuestro ángel querido, son sus buenas<br />
disposiciones para la virtud.<br />
Es muy gran<strong>de</strong>, querida Juana, el sacrificio que Dios acaba <strong>de</strong> pedirte. ¿Pero no ha<br />
prometido «a quien <strong>de</strong>je por él padre o madre o hermana cien veces más en esta vida»?<br />
Pues bien, ¡por él, tú no has vacilado en separarte <strong>de</strong> una hermana a la que quieres<br />
mucho más <strong>de</strong> lo que se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir! ¡Y Jesús se va a sentir muy obligado a mantener su<br />
promesa...! Yo sé bien que, normalmente, esas palabras se aplican a las almas religiosas;<br />
sin embargo, en lo hondo <strong>de</strong> mi corazón, yo siento que han sido pronunciadas para los<br />
padres generosos que hacen el sacrificio <strong>de</strong> sus hijos, a quienes quieren más que a sí<br />
mismos...