Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
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7 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1890<br />
J.M.J.T.<br />
Me gustaría que las velas <strong>de</strong>l Niño Jesús estuvieran encendidas cuando me dirija a la sala<br />
capitular 1 , ¿quieres ir tú a encen<strong>de</strong>rlas...? Por favor, no te olvi<strong>de</strong>s... No he puesto las<br />
velas color rosa, porque las otras le dicen mucho más a mi alma: empezaron a lucir el día<br />
<strong>de</strong> mi toma <strong>de</strong> hábito. Entonces estaban rosadas y nuevas. Papá (que me las había<br />
regalado) estaba allí, y todo era alegría... Pero ahora el color rosa se ha ido. ¿Hay todavía<br />
aquí en la tierra alegrías color [vº] <strong>de</strong> rosa para la huerfanita <strong>de</strong> la Berezina...? ¡No!, para<br />
ella ya no hay más que alegrías celestiales..., alegrías en las que todo lo creado, que no<br />
es nada, ce<strong>de</strong> el paso a lo increado, que es la realidad...<br />
¿Compren<strong>de</strong>s a tu hijita...?<br />
Mañana será la esposa <strong>de</strong> Jesús. Mañana será la esposa <strong>de</strong> aquel cuyo rostro estaba<br />
oculto y a quien nadie conocía... ¡Qué alianza y qué porvenir...! Sí, lo sé muy bien, mis<br />
bodas estarán ro<strong>de</strong>adas <strong>de</strong> ángeles, sólo el cielo se alegrará, y también la pequeña<br />
esposa y sus hermanas queridas 2 ...<br />
NOTAS Cta 116<br />
1 Al dirigirse a la sala capitular, don<strong>de</strong> <strong>Teresa</strong> emitirá los votos a la salida <strong>de</strong> misa, la<br />
comunidad pasará en procesión ante la estatua <strong>de</strong>l Niño Jesús <strong>de</strong>l claustro.<br />
2 Sor María <strong>de</strong>l Sagrado Corazón le respon<strong>de</strong>rá: «Mi querida hijita, tus letras han hablado<br />
muy hondo a mi alma... ¡Cómo ha hecho Jesús crecer en pocos años a la «Huerfanita <strong>de</strong><br />
la Berezina»! ¡Con qué amor <strong>de</strong> predilección ha amado a aquella reina <strong>de</strong> largos cabellos<br />
rubios a la que nuestro pobre papaíto tanto quería! También hoy sigue siendo su alegría,<br />
sigue siendo su gloria, encorvado como está bajo la prueba, y mañana el cielo<br />
contemplará maravillado la nueva aureola que brillará sobre su frente venerable. (...)<br />
«Pi<strong>de</strong> por tu madrina para que llegue a ser santa y para que también ella sepa respon<strong>de</strong>r<br />
a ese don con que Dios la ha agraciado en su hijita. ¡Familia bendita! ¡Familia colmada<br />
por Jesús...!» (LC 138, 7/7/1890).<br />
Cta 117 A María <strong>de</strong>l Sdo. Corazón 1<br />
Recuerdo <strong>de</strong>l 8 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1890<br />
Inicio<br />
Día <strong>de</strong> eterno recuerdo, en el que tu hijita se ha convertido como tú en la esposa <strong>de</strong> aquel<br />
que dijo: «Mi reino no es <strong>de</strong> este mundo», y en otro lugar: «A<strong>de</strong>más, pronto veréis al Hijo<br />
<strong>de</strong>l hombre venir sobre las nubes <strong>de</strong>l cielo a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Dios». Ese es el día que<br />
nosotras esperamos... Día <strong>de</strong> las bodas eternas, en que nuestro Jesús enjugará todas las<br />
lágrimas <strong>de</strong> nuestros ojos y en que nos sentará con él en su trono...