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Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus

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Jesús es el sol divino, y las margaritas son sus esposas, las vírgenes. Cuando Jesús mira<br />

a un alma, le da inmediatamente su parecido divino, pero es preciso que esa alma no <strong>de</strong>je<br />

<strong>de</strong> fijar en él solo su mirada.<br />

Para explicar los misterios <strong>de</strong> las margaritas, tendría que escribir todo un volumen, pero<br />

mi Celina lo compren<strong>de</strong> todo. Pero eso, quiero hablarle ahora <strong>de</strong> los caprichos <strong>de</strong> Jesús...<br />

Jesús, en su pra<strong>de</strong>ra, tiene muchas margaritas, pero están separadas, y cada una recibe<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> las otras los rayos <strong>de</strong>l sol. Un día, el esposo <strong>de</strong> las vírgenes se<br />

asomó a la tierra y unió estrechamente dos pequeños capullos apenas abiertos; sus tallos<br />

se fundieron en uno solo, y una sola mirada los hizo crecer. Esas dos florecitas, hechas<br />

una sola flor, se abrieron juntas, y ahora la doble margarita, con la mirada fija en su sol<br />

divino, cumple su misión, que es única...<br />

Celina, sólo tú pue<strong>de</strong>s compren<strong>de</strong>r mi lenguaje. A los ojos <strong>de</strong> las criaturas, nuestra vida<br />

parece muy diferente, muy distanciada; pero yo sé que Jesús ha unido nuestros<br />

corazones <strong>de</strong> una manera tan maravillosa, que lo que hace latir a uno hace también<br />

estremecerse al otro...<br />

«Don<strong>de</strong> está vuestro tesoro allí está vuestro corazón». Nuestro tesoro es Jesús, y<br />

nuestros corazones no forman más que una sola cosa en él. La misma mirada ha<br />

cautivado nuestras almas, una mirada velada <strong>de</strong> lágrimas que la doble margarita ha<br />

<strong>de</strong>cidido enjugar. Su humil<strong>de</strong> y blanca corola será el cáliz que recogerá los diamantes<br />

preciosos, para luego verterlos sobre otras flores que, menos privilegiadas, no habrán<br />

fijado en Jesús las primeras miradas <strong>de</strong> sus corazones... Tal vez, al atar<strong>de</strong>cer <strong>de</strong> su vida,<br />

la margarita presente al esposo divino su corola teñida <strong>de</strong> rosa 1 ...<br />

Adiós, Celina querida. La florecita que te envío es una reliquia, pues reposó entre las<br />

manos <strong>de</strong> nuestra santa madre Genoveva 2 , que bendijo a Celina y a <strong>Teresa</strong>...<br />

<strong>Teresa</strong> <strong>de</strong>l Niño Jesús <strong>de</strong> la <strong>Santa</strong> Faz<br />

rel. carm. ind.<br />

NOTAS Cta 134<br />

1 Alusión a la posibilidad <strong>de</strong>l martirio, cf Cta 132.<br />

2 La madre Genoveva falleció el 5 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1891. El hallazgo <strong>de</strong> la margarita data,<br />

pues, <strong>de</strong> la primavera <strong>de</strong> 1891.<br />

Cta 135 A Celina<br />

J.M.J.T.<br />

Jesús + 15 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1892<br />

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