Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus
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Muy querida Hermana:<br />
Me resulta imposible <strong>de</strong>cirle cómo me ha llegado al corazón su atenta carta. Ya fue para<br />
mí una gran alegría saber que le había gustado el cuadro <strong>de</strong>l Niño Jesús 1 . Me sentía<br />
recompensada por encima <strong>de</strong> todas mis esperanzas... Querida tía 2 -permítame seguir<br />
dándole este nombre-, en usted precisamente pensaba yo al tratar <strong>de</strong> imaginarme qué<br />
podría regalar a nuestra Reverenda Madre para la celebración <strong>de</strong> su primer santo como<br />
priora.<br />
Sabía que a ella le gustaría mucho enviarle a usted un pequeño recuerdo; por eso, puse<br />
toda mi alma en la composición <strong>de</strong> «El [1vº] sueño <strong>de</strong>l Niño Jesús». Pero, ¡ay!, al no saber<br />
reproducir mi inhábil pincel lo que mi alma había soñado, regué con mis lágrimas el<br />
vestido blanco <strong>de</strong> mi Niño Jesús, ¡lo cual, sin embargo, no hizo bajar un rayo <strong>de</strong>l cielo<br />
sobre su carita...! Entonces, en mi pena, me prometí a mí misma no <strong>de</strong>cir nada acerca <strong>de</strong><br />
la intención que tenía al empren<strong>de</strong>r mi trabajo. Y, en efecto, sólo al ver la indulgencia <strong>de</strong><br />
nuestra Madre, le confié mi secreto. Ella tuvo a bien mirar el corazón y la intención, más<br />
que el arte <strong>de</strong> su hija, y, con gran alegría <strong>de</strong> mi parte, mi Niño Jesús ha ido, en mi lugar, a<br />
trabar conocimiento con mi santa tía <strong>de</strong> Le Mans.<br />
He pintado al divino Niño <strong>de</strong> [2rº] manera que represente cómo se comporta él conmigo...<br />
En efecto, él casi siempre está dormido... El Jesús <strong>de</strong> la pobre <strong>Teresa</strong> no la acaricia como<br />
acariciaba a su Santísima Madre 3 . Eso es completamente natural, ¡pues la hija es tan<br />
indigna <strong>de</strong> la Madre...! Sin embargo, los ojitos cerrados <strong>de</strong> Jesús hablan mucho a mi<br />
alma, y, ya que él no me acaricia, yo trato <strong>de</strong> agradarle. Yo sé muy bien que su corazón<br />
está siempre en vela, y que en la patria <strong>de</strong> los cielos se dignará abrir sus divinos ojos... Y<br />
entonces, al mirar a Jesús, tendré también la dicha <strong>de</strong> contemplar junto a él a mis santas<br />
Madres <strong>de</strong> la Visitación. Espero que ellas querrán reconocerme como hija. ¿No son ellas,<br />
<strong>de</strong> hecho, mis madres, las que formaron el corazón <strong>de</strong> los dos ángeles visibles que me<br />
hicieron <strong>de</strong> [2vº] verda<strong>de</strong>ras madres 4 ...?<br />
Me acuerdo perfectamente <strong>de</strong> mi viaje a la Visitación <strong>de</strong> Le Mans a la edad <strong>de</strong> tres años 5 .<br />
Lo he revivido muchas veces con el corazón, y las rejas <strong>de</strong>l <strong>Carmelo</strong> no constituyen un<br />
obstáculo que me impida visitar a menudo a mi querida tía y a todas esas venerables<br />
Madres que tienen a bien amar, sin conocerla, a la pobre <strong>Teresa</strong> <strong>de</strong>l Niño Jesús.<br />
Le ruego, querida tía, que pague la <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> gratitud <strong>de</strong> su sobrinita, dando las gracias<br />
en su nombre a su Reverenda Madre y a todas las Hermanas, en especial a sor Josefa <strong>de</strong><br />
Sales 6 , cuyo afectuoso recuerdo me ha conmovido mucho.<br />
QUERIDÍSIMA TÍA, me gustaría seguir hablando mucho más tiempo con usted, pero<br />
estoy al final <strong>de</strong>l papel y me veo precisada a <strong>de</strong>jarla, pidiéndole perdón...<br />
Sor <strong>Teresa</strong> <strong>de</strong>l Niño Jesús<br />
su indigna sobrinita<br />
NOTAS Cta 1<strong>60</strong><br />
1 Cf Cta 156. La madre Inés <strong>de</strong> Jesús obsequió a su antigua profesora <strong>de</strong> la Visitación el<br />
cuadro pintado por <strong>Teresa</strong>.