08.05.2013 Views

Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus

Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus

Cartas 60-212 - Carmelo - Santa Teresa de Jesus

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Pero sólo es cosa <strong>de</strong> un momento, vendrá un día en que no verás a muchos,<br />

¡consuélate...!<br />

Te mando dos cancioncitas que he compuesto, enséñaselas a mi querida Mariíta, dile que<br />

la quiero y que rezo por ella..., ¡cómo agranda su alma el sufrimiento y cómo la acerca a<br />

la meta...! La madre María <strong>de</strong> Gonzaga no le escribe porque la carta va dirigida a nuestra<br />

tía, la próxima vez será... Pí<strong>de</strong>le a nuestra tía «Mi caótico <strong>de</strong> hoy», sor María <strong>de</strong>l Sagrado<br />

Corazón ha querido <strong>de</strong>dicárselo a ella.<br />

NOTAS Cta 167<br />

1 Esta frase <strong>de</strong> <strong>Teresa</strong> alu<strong>de</strong> a su <strong>de</strong>seo persistente <strong>de</strong> partir para el <strong>Carmelo</strong> <strong>de</strong> Saigón;<br />

cf Ms C 9rº. Pero respon<strong>de</strong>, sobre todo, a las confi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> Celina, que, a espaldas <strong>de</strong><br />

sus hermanas, proyecta partir para el Canadá. Es necesario escuchar a Celina exponer<br />

sus problemas a <strong>Teresa</strong>: «<strong>Teresa</strong> querida, no acierto a <strong>de</strong>cirte cómo me pesa esta vida...<br />

Cuando recibí tu carta, todo en mi alma era oscuridad. Y gocé con tu carta, la saboreé...<br />

Pero ahora estoy como un tronco seco, nada se pue<strong>de</strong> sacar ya <strong>de</strong> mí. (...) <strong>Teresa</strong><br />

querida, he estado meditando sobre ti y sobre el cariño que nos tenemos... Y me ha<br />

parecido, no sé expresártelo muy bien, me ha parecido que tú eras para mí <strong>de</strong>masiado...,<br />

que eras para mí un apoyo que me permitía apoyarme <strong>de</strong>masiado..., que me cimentaba<br />

<strong>de</strong>masiado en ti y me basaba <strong>de</strong>masiado en ti, que tú me eras <strong>de</strong>masiado<br />

indispensable..., en fin, adivina tú el resto... Y he pensado que, para ser toda <strong>de</strong> Dios,<br />

tendría que <strong>de</strong>jarte... He oteado el porvenir y creo que tendría que separarme <strong>de</strong> ti para<br />

no volverte a ver más que en el cielo... En una palabra, mi <strong>Teresa</strong> querida, he sentido<br />

miedo y he tenido algo así como el presentimiento <strong>de</strong> un sacrificio que supera a todos los<br />

sacrificios... Pasan los días, y el corazón todo él se me estremece; pero siento el alma tan<br />

inundada <strong>de</strong> gracias, que necesito hacerme a esta i<strong>de</strong>a. Des<strong>de</strong> la última vez que te vi, he<br />

tenido pensamientos muy profundos sobre infinidad <strong>de</strong> temas... La cruz se me presenta<br />

totalmente <strong>de</strong>snuda..., y, con ella, multitud <strong>de</strong> realida<strong>de</strong>s... Ciertamente, Dios hace a mi<br />

alma extrañas llamadas allá en lo más íntimo <strong>de</strong> ella, y lo hace en medio <strong>de</strong> una paz y una<br />

serenidad <strong>de</strong> alma realmente increíbles. <strong>Teresa</strong> querida, ¡no po<strong>de</strong>r hablar...! Y sin<br />

embargo, no te diría nada, no tengo nada que <strong>de</strong>cirte...<br />

«<strong>Teresa</strong> querida, ¡compren<strong>de</strong> a tu Celina sin necesidad <strong>de</strong> que te hable, sin necesidad <strong>de</strong><br />

que te diga una sola palabra...! ¡Ay, la vida, la vida! ¡Qué corta me parece la vida, y qué<br />

felices seremos al volver a encontrarnos allá arriba...! Todo me parece un sueño, y no lo<br />

entiendo...<br />

«¡<strong>Teresa</strong>!, tu carta ha sido para mí un cántico <strong>de</strong>l cielo, una dulce melodía... ¡Entien<strong>de</strong><br />

todo lo que yo he comprendido! Pero, ¿sabes?, te quiero <strong>de</strong>masiado... <strong>Teresa</strong> querida, mi<br />

corazón me molesta, y justo por eso tengo una especie <strong>de</strong> certeza íntima <strong>de</strong> que Dios,<br />

para reinar sobre mi naturaleza, necesitará aún romperla. ¡Necesito la cruz y la tribulación<br />

más amargas..., <strong>Teresa</strong>...!<br />

«Estos días he estado fuera, y estoy sufriendo mucho por ello. Es una <strong>de</strong>sazón continua.<br />

Cuanto más pasamos los días entre risas alocadas hasta morirnos <strong>de</strong> risa, más sufro <strong>de</strong><br />

soledad; no puedo respirar. A<strong>de</strong>más, me siento <strong>de</strong>sdichada... Al no estar acostumbrada a<br />

vivir con muchachos, me parece extraño pasar los días en su compañía; y por santos y<br />

puros y limpios que sean, no logro acostumbrarme a ello. ¡Ay, <strong>Teresa</strong> <strong>de</strong> mi vida, ojalá

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!