Katherinne Brevis Arratia - Biblioteca Digital INDH
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CONCURSO. Cuenta tu Tesis en Derechos Humanos<br />
se sumaron sin piedad a la represión que comenzaba a llenar estadios, barcos, recintos militares y policiales con<br />
dirigentes, militantes y simpatizantes del régimen derrotado (Villagrán, 2005, p. 11).<br />
Todos ellos convencidos de lo que el presidente de la Corte Suprema, Enrique Urrutia Manzano había dicho: “Aquí ha habido<br />
una guerra y si ellos la hubieran ganado estaríamos todos muertos” (Villagrán, 2005, p. 12). Dicha frase se apoyaba en el<br />
“Plan Z”, lo cual era el supuesto contragolpe que los/as marxistas tenían pensado dar. Cabe decir que esto jamás llegó a<br />
confirmarse, sin embargo, con esto se avalaron todos los atropellos a los derechos humanos.<br />
Por un largo periodo operó entre muchas personas civiles el temor a ser declarado/a enemigo/a del régimen, con todas sus<br />
consecuencias. El abogado Andrés Aylwin, quien fue un enérgico defensor de los Derechos Humanos, cuenta cómo vivió o<br />
cómo vio él la instauración del golpe militar:<br />
Inmediatamente después del 11 de septiembre, decenas de campesinos fueron arrestados, torturados, sometidos<br />
a las más crueles vejaciones, asesinados y hechos desaparecer. La ola represiva adquirió aún mayor barbarie en<br />
poblaciones y sectores rurales (…) A mí me parecía increíble escuchar estas denuncias, pues en todas partes el<br />
“Golpe de Estado” aparecía absolutamente consolidado, sin que en esos días ni meses después, ni hasta esta<br />
fecha, jamás escuchara referencia alguna a actos de violencia por parte de militantes de la Unidad Popular, ni<br />
tampoco a ningún tipo de resistencia frente a las arbitrariedades y crueldades que allí se estaban cometiendo<br />
(Aylwin, 2003, pp. 42-43).<br />
Ante ello se puede entender que la violencia fue aplicada sin haber una necesidad aparente. Entonces Andrés Aylwin se hace<br />
las interrogantes básicas que cualquier ciudadano podría llegar a formularse:<br />
¿Por qué razón podrían haber sido asesinadas personas pacíficas que habían sido arrestadas por personal de<br />
las Fuerzas Armadas, a veces acompañados por civiles muy conocidos en la zona, en operativos efectuados con<br />
vehículos y armamentos proporcionados por el Estado? y, además ¿cómo podía explicarse que fueran asesinados<br />
campesinos u otras personas que previamente habían sido detenidas, en circunstancias que la propia legalidad de<br />
la dictadura daba competencia a los Consejos de Guerra para conocer acerca de cualquier infracción delictual, lo<br />
cual suponía un proceso público donde debía existir una acusación formal hecha por un fiscal, la correspondiente<br />
defensa efectuada por un abogado, y todo un procedimiento posterior burocrático y solemne que debía culminar<br />
con un sentencia absolutoria o condenatoria? (Aylwin, 2003, p. 43).<br />
La comunidad internacional siguió de cerca lo que estaba ocurriendo en Chile, no solo quienes apoyaron el golpe como<br />
fue Estados Unidos, sino además, como lo confirma La Tribuna, hasta su diario llegó una declaración del “Movimiento<br />
Antifascista Chileno” (MACHI), procedente de Bonn, Alemania, donde se exponen puntos de vista que coinciden con lo que<br />
señalamos. Allí se señala que,<br />
(…) se recoge el llamado de los dirigentes de la Unidad Popular reunidos en Roma y de la Conferencia Internacional<br />
de Solidaridad Helsinki, y se tiene presente que la dictadura fascista viola los derechos fundamentales del ser<br />
humano, impidiendo toda expresión de las ideas dentro de Chile (La Tribuna, 1973, 17 de diciembre, p. 3).