Katherinne Brevis Arratia - Biblioteca Digital INDH
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CONCURSO. Cuenta tu Tesis en Derechos Humanos<br />
eminentemente de derecha, era prácticamente imposible reunirse. A raíz de este duro camino que ha recorrido en la búsqueda<br />
de su cónyuge, cuenta que llegó a pesar 38 kilos, cayendo inconsciente al hospital por varios días, lo cual le ha acarreado una<br />
serie de enfermedades con las cuales carga hasta hoy. Pese a todo, ella declara enfáticamente:<br />
(…) a quien más daño le hizo la dictadura fue a los hijos, porque una vive con el dolor pero a ellos se les hizo un<br />
daño irreparable, el cual nunca han superado, porque como en esos años no había psicólogos o psiquiatras como<br />
ahora, los niños nunca se trataron y se quedaron con todo no más. Como dicen que si los niños viven un trauma<br />
muy fuerte cuando niños, nunca se les borra (Panes, 2010).<br />
El sociólogo Tomás Moulian describe el dolor que la junta militar infligió a miles de personas:<br />
(…) la desaparición sume al entorno de la víctima en la incertidumbre. El suplicio del muerto se prolonga en el<br />
suplicio de sus familiares. Con ello el dispositivo del terror consigue su perpetuación, produce una nueva y más<br />
extensa cohorte de víctimas. El terror necesita que su presencia sea recordada. La represión es puntual, el terror<br />
debe ser permanente. Por ello el temor encuentra en las desapariciones una forma de presencia que se prolonga<br />
a través del tiempo (Moulian, 1997, citado en Amorós, 2001, p. 32).<br />
Lo anteriormente descrito lo hemos corroborado con Luis Seguel San Martín, quien señala en una entrevista cómo le marcó<br />
la vida la desaparición de su padre:<br />
(…) Se vive con el temor de que esto vuelva a ocurrir y te hagan desaparecer (…) tú vives con el temor de que<br />
pueden hacerte algo, nadie te asegura que esto no vuelva a pasar (…) la ayuda psicológica acá nunca llegó, yo<br />
nunca he visto un psicólogo. Mi mamá siempre que nosotros salíamos quedaba preocupada que nos pasara algo.<br />
El mayor temor de ella era que yo militara en un partido político, algo que yo le prometí y no lo voy a hacer. Yo lo<br />
voy a recordar hasta el día en que me muera. Yo a veces me pongo a pensar, yo ahora tengo 42 años y mi papá<br />
hubiera tenido 60 y tantos (…) uno nunca va a poder saber cómo era tu papá a los 50 años. Nosotros nunca<br />
celebramos cumpleaños, nunca una tortita de cumpleaños, en navidad teníamos que acostarnos temprano porque<br />
no habían regalos, a la mamá le alcanzaba para comer no más…todos tus amigos con polerita nueva y tú (…)<br />
yo a los 25 años me vine a comprar una pelotita de casco…entonces todas esas cosas son materialistas pero tú<br />
eras niño (…) las palabras marcan tanto, yo nunca me voy a olvidar cuando un viejo me dijo, toma, aquí tení una<br />
foto de tu papá, y era Fidel Castro, yo tenía 9 años, y hasta el día de hoy yo se la tengo guardada…te miraban<br />
con recelo, que a tu papá lo tiraron al río, que a tu papá lo mataron en el cerro…puros cuentos… y tú eras<br />
niño chico, entonces uno queda con el odio. Yo voy a morir y yo no voy a olvidar nunca. En los años que trabajo<br />
nunca he trabajado un 11 de septiembre, porque es un día triste para este país, porque fue el día en que apareció<br />
la soberbia humana para hacer desaparecer gente que no tenía por qué hacer desaparecer, gente que pensó<br />
diferente, yo no te puedo matar a ti si tú piensas distinto a mí, y eso fue lo que hicieron, destruyeron hogares (…)<br />
Una de las cosas más tristes es cuando uno tiene que volver a recordar, pero es necesario, “yo puedo caminar con<br />
la frente en alto, no como los hijos de los asesinos” (…) . Saber que un militar porque era militar toma un arma y<br />
fusila gente que no tenía por qué fusilar. Por eso cuando hablan de reconciliación yo digo no, no, nosotros no nos<br />
reconciliamos con las Fuerzas Armadas ni con este país, si los uniformes están ahí mismo, no han cambiado los<br />
uniformes, las escuelas están ahí. Nosotros, el pueblo, nunca más vamos a poder confiar en las Fuerzas Armadas<br />
(Seguel, 2010).